Entrar en la Segunda B PRO, toda una necesidad para el Pontevedra

Pontevedra
13 de mayo 2020

Todo lo que no sea, cuanto menos, conseguir pasar el corte la próxima temporada ante la futura reestructuración de la categoría de bronce supondría un duro varapalo en lo deportivo pero sobre todo en lo económico para un club granate que sigue lastrado por las deudas del pasado

Partido de Liga entre Pontevedra e Ibiza en Pasarón
Partido de Liga entre Pontevedra e Ibiza en Pasarón / Diego Torrado

La próxima temporada será una de las más importantes en la historia reciente del Pontevedra Club de Fútbol, y es que en juego estará mucho más que pelear por un ascenso o la permanencia en la categoría en medio de un panorama que el coronavirus ha cambiado por completo.

Los granates, que habían realizado un esfuerzo económico en invierno y se veía todavía con opciones de pelear por el play-off, han tenido la ocasión de mostrar su malestar al presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, sobre la decisión de dar por finalizada la liga regular pero permitiendo el play-off de ascenso en un encuentro telemático con los equipos gallegos de la categoría de bronce organizado por la Real Federación Galega de Fútbol, pero más allá de eso pueden ya centrarse en el curso 2020/2021.

Se prevé un año con muchos matices que servirá para confeccionar en la 21/22 la Segunda B PRO, categoría puente hacia la Liga de Futbol Profesional y en la que sólo entrarán 40 equipos, de los 100 que tendrá la Segunda B la temporada venidera al haberse anulado los descensos.

No se trata de un aspecto menor, y es que si no se consigue ascender a Segunda División entrar en ese selecto grupo de equipos puede suponer la viabilidad económica de un proyecto que, pese a su buena salud financiera los últimos años, arrastra de épocas pasadas una deuda de 1.150.000 euros (según los datos de la última Junta de Accionistas).

La intención de la RFEF pasa por potenciar los ingresos en esa categoría PRO para fortalecer a los equipos, una decisión que tiene una cara B de la moneda, la de los conjuntos que se queden 'atrapados' en la ruinosa Segunda B convencional y que habrán descendido en la práctica una categoría.

Con estos ingredientes la gran pregunta de todos los clubes es cómo de fuerte apostar por entrar en la Segunda B PRO sin comprometer sus cuentas, más teniendo en cuenta que no se sabe si el próximo curso se podrá empezar con público en las gradas, que se espera una reducción de ingresos por publicidad afectando directamente a los presupuestos y que se podría eliminar la proximidad geográfica, tal y como señaló Rafael Louzán dejando abierta la puerta a que los representantes gallegos no compitan en el mismo grupo.

Otro asunto será la composición de la categoría, todavía en el aire pero que empieza a tomar forma pese a la rebeldía de muchas entidades. La intención pasaría por arrancar la competición en otoño, por lo que tendrá que contar con un formato reducido. El único anuncio oficial al respecto por el momento por parte de la Federación habla de 100 equipos repartidos en 5 grupos recomendando el formato de subgrupos con una fase final en la que se reagrupen de nuevo a los equipos por posiciones. "Próximamente se darán más detalles", señalaba el comunicado.

En relación a ese futuro el periódico Mundo Deportivo adelantó una estructura que, dice, ha ganado peso en las últimas jornadas y que supondría dividir cada grupo en dos subgrupos. En la práctica se confeccionarían 10 grupos de 10 equipos cada uno con el objetivo de la que fase regular de la temporada tenga 18 jornadas.

Según esta propuesta, al final de la primera fase los 3 primeros de cada grupo pasarían a pelear por el ascenso a Segunda División. Con los 26 clubes que no lograsen subir y los 4 que desciendan desde Segunda se compondrían los primeros 30 integrantes 'PRO', y el resto saldría de un play-off entre los cuartos, quintos y sextos clasificados de la liga regular. Un formato que apenas dejaría margen para el error si la intención es cuanto menos entrar en la nueva categoría.

Por su parte los cuatro últimos de cada grupo pasarían a disputar una fase por la permanencia en la Segunda B, descendiendo ya una categoría que podrían ser dos de golpe en caso de caer a la Tercera División.

Muchas preguntas todavía sin resolver y que se irán desvelando previsiblemente en los próximos días y semanas.