¿Cómo es la experiencia de dar a luz en tiempos del COVID-19?
Por Anxo Lourido
Creada y actualizada
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En la noche del 2 de abril, Mar Rodríguez y su marido salían de su casa de Poio en dirección al Hospital Provincial. Ella, con experiencia de dos partos anteriores, sabía que Vega estaba llegando. En el trayecto, agentes de la Policía que patrullaban en un coche les daban el alto. El marido al volante les alertó de que su mujer estaba de parto. "Fueron super amabales, no vinieron a comprobar si era verdad o mentira, nos preguntaron si queríamos que fueran con nosotros abriendo el paso, pero no hacía falta porque era de madrugada y no había coches por la calle", cuenta Mar Rodríguez recordando la escena.
Una vez en el Hospital Provincial, Mar comprendió que los protocolos habían cambiado respecto a sus partos anteriores: "tienen otras pautas, llegas y ya no pasas la tarjeta por debajo del mostrador, la pones contra la pared para que la persona de recepción ni la toque. Antes de avanzar tienes que desinfectarte con la solución alcohólica que tienen y ponerte mascarillas y guantes. Y también en planta, todo el personal de limpieza y el equipo médico, todos llevan mascarilla y guantes", señala.
Cuando ingresó había seis madres en planta, cinco de ellas ya dieran a luz. Vega llegó a las 08.00 horas del viernes 3. "Fue rápido", asegura su madre, "cuando comenzaron las contracciones, en dos horas ya había nacido".
El marido de Mar la acompañó durante el parto. "Sí, me habían dicho que se permitía un solo acompañante en la sala y no se podía cambiar", indica señalando que por las restricciones nadie más de su familia se había desplazado hasta el Hospital.
Las horas siguientes resultaron más tranquilas de lo normal. Situada en una habitación individual, las visitas externas son inexistentes: "Lo echas de menos porque después en casa no pueden venir a verlo. No es que no puedan ir al hospital es que después los abuelos no pueden conocer a su nieta. Es verdad que el hospital está muy tranquilo. También es la parte buena, porque la gente que trabaja allí lo hace más cómodo. El médico cuando va a hacer revisión no tiene que pedir que salgan siete personas de la habitación, solo hay un acompañante. No hay gente en los pasillos. Y además, como la situación es lo que es, todos lo agradecemos y entendemos que tiene que ser así, cuanta menos aglomeración haya, mejor".
En este sentido, Mar Rodríguez afirma que en sus tres experiencias en el Hospital Provincial siempre han sido una maravilla: "siempre son muy amables". Ahora se encuentran liados con el registro de la recién nacida. La ventanilla del registro civil instalado en el centro hospitalario tiene un horario que finaliza a las 10.30 horas y es necesario portar los DNIs de la madre y del padre, además del libro de familia para la inscripción. "Nosotros lo olvidamos. Ahí sí que hemos sufrido las consecuencias. El día que mi marido fue al Registro Civil, allí están en cuadro y el funcionario no pudo inscribir a Vega. Ha tenido que ir hoy de nuevo. Es un problema porque los servicios públicos están en mínimos y se complica la tramitación".
Ahora, la pequeña Vega disfruta de su casa con un pequeño jardín "porque los bebés necesitan un poco de aire y de sol", admite Mar. "La matrona de mi Centro de Salud en Poio, a los tres días suele hacer una revisión pero ya me dijo que si no tenía ningún problema o no notaba nada extraño que la cancelaba para que no saliera de casa. Iré al pediatra el viernes, para la revisión de los 15 días. Esa salida sí que la tendré que hacer, pero antes de eso no va a salir de casa", indica esta madre que reconoce que ha enviado fotos, audios y realizado vídeollamadas para presentar en sociedad a su nueva hija: "la presentación en sociedad ha sido totalmente digital".
A las madres que actualmente se encuentran embarazadas, Mar Rodríguez les tranquiliza sobre todo el proceso en esta época de bulos: "Yo también estaba nerviosa. Es una situación que no ha vivido ninguno. Pero que las familias mantengan la calma y que tengan confianza, porque en el Provincial son muy buenos profesionales. Es mi tercer parto y siempre salgo encantada. Se están tomando todas las medidas y siempre hay que confiar en los profesionales".
ESPERANDO A AMALIA
Este sábado 11, Marta Pérez Sineiro salía de cuentas. Ella y su pareja, Pablo Fernández, concejal del Partido Popular local y ex presidente de AJE Pontevedra, afirman estar tranquilos "dentro de lo que cabe" ante la situación de alarma derivada del contagio del COVID-19. Reconocen que se mantienen alerta cuando salta alguna noticia sobre casos de madres embarazadas con coronavirus. "Eso siempre te da algo de miedo pero, por lo demás, tranquilos".
Marta dará a luz en el Hospital do Salnés. Ha solicitado un parto natural en el agua en una de las piscinas del centro hospitalario. "O Salnés está muy bien posicionado para el tema de partos. Ellos intentarán cumplir con todo lo que necesites pero te alertan de que puede haber modificaciones. Si una piscina queda afectada por el virus, pueden cambiar el proceso que hayas solicitado", apunta Marta.
Desde el centro hospitalario ya les han remitido los protocolos de actuación: "Te recomiendan que si tienes mascarillas, que las lleves. La primera vez que fui a una de las revisiones y ya estábamos con la expansión del COVID, me dieron una porque ya estaban agotadas. Ahora te recomiendan que les eches alcohol y que las reutilices. Y aconsejan llevar guantes siempre que tengas, si no te los dan allí".
Marta Pérez: "La única pena es que no te visiten en el hospital, aunque casi se agradece para descansar"
Pablo Fernández ya no pudo asistir a las dos últimas revisiones ginecológicas durante el embarazo por motivos de protocolo. "En la penúltima le hicieron una ecografía y ya no pude acudir a la sesión". Él asistirá al parto pero también le han avisado que no puede entrar y salir del paritorio. "Una vez dentro ya no deberías salir y si sales, ya no puedes entrar", afirma. Marta recuerda que también le han aconsejado que lleve algo de comida porque la cafetería se encuentra cerrada y el acompañante no tiene dónde tomarse un bocadillo o un café.
Una de las cuestiones que más les preocupa es el proceso frío de la presentación familiar de su hija. "Bueno, hoy por vídeoconferencia todo se puede hacer, pero es triste", afirma Pablo. Marta asiente: "Es la pena que nos queda. Estamos tranquilos, el embarazo fue super bueno, sin complicaciones. Lo estamos llevando bien. La única pena es que no te visiten en el hospital, aunque casi se agradece para descansar; pero para los abuelos casi es el primero por ambos lados. Así que están expectantes, pero es lo que toca".
Pablo admite que los, cuando menos, 15 días de contacto con el bebé motivados por el confinamiento les vendrán bien para establecer unos lazos más directos con el bebé. "Tenemos un piso pequeño, sin balcón", afirma Marta, que teme las complicaciones de permanecer en casa mientras no se levante el estado de alerta. Si se cumplen las predicciones de los más veteranos de la familia, Amalia nacerá en las próximas horas, con el cambio de luna.
* Este miércoles 15 nacía Amalia en el Hospital do Salnés. Tanto la madre como el bebé se encuentran en perfecto estado de salud.
Nota: El departamento de prensa del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra ha ignorado la petición realizada por PontevedraViva en la que solicitaba datos oficiales sobre el número de partos y de incidencias en el servicio de maternidad en el área sanitaria durante el estado de alerta. Ante la ausencia de respuesta, esa información no pudo ser incluida en la noticia.