La hostelería sucumbe ante las nuevas medidas. Pepe Solla: "Esto nos está dilapidando. Nosotros no somos el problema"
Por Almu Dapena
"Hace unos pocos días estaba contado proyectos e ideas del restaurante. Hoy tengo que comunicar algo que es lo último que me gustaría hacer pero nos vimos abocados a ello". Así comienza el emotivo vídeo que el chef pontevedrés Estrella Michelín, Pepe Solla, compartió en las últimas horas en sus redes sociales, visiblemente afectado por la situación generada este viernes con las nuevas medidas adoptadas por la Xunta de Galicia para frenar la expansión de la covid-19, con el cierre perimetral de Pontevedra, Poio y Marín.
La situación económica y sanitaria en la que se encuentra actualmente el país ha obligado al sector hostelero a transformarse o, en el peor de los casos, a ver interrumpida su actividad.
En el caso del restaurante Casa Solla, el cocinero gallego, que durante la primera ola de la pandemia había ayudado al comedor de San Francisco ofreciendo comidas, ha tomado la dura decisión de cerrar de manera temporal el negocio. "No puedo deciros cuánto y dependerá de cómo vaya evolucionando todo esto", explica a través de su Instagram, criticando que "esta última semana el horario de cierre a las 23:00 horas nos ha mermado mucho nuestra posibilidad para dar cenas".
Aunque han hecho el esfuerzo de adelantar el horario de apertura a las 20:00 horas para poder atender a la clientela, han tenido muchas cancelaciones de última hora. "Está muy bien que todos hagamos ese esfuerzo, pero en este país es muy complicado venir a cenar por el horario laboral, imposibilitando que la gente pase un tiempo y disfrute". "No pueden venir a cenar corriendo para irse a las 11", expone Solla.
"Nosotros no somos el problema"
El toque de queda está siendo un problema para todo el sector y, entre todos, han pedido que se alargue el horario hasta por lo menos las 12:00 horas. La solicitud que no fue atendida, por lo que "lo primero que se han caído son las reservas de la noche haciendo muy difícil nuestra actividad de restaurante", manifiesta.
El cocinero se muestra tajante. "Ya no me creo nada ni creo a nadie a estas alturas, nosotros no somos el problema", declara a la vez que ofrece los datos ofrecidos directamente por el Ministerio de Sanidad: "somos el 3,5 de las causas". Reclama que se tomen decisiones "valientes para salvar la salud y también la parte de la economía, esto nos está dilapidando".
El sector hostelero, que se vio muy lastimado en la primera ola de la pandemia viéndose obligado a, en muchos casos, hacer reformas en los locales para poder atender a la clientela de la manera más segura posible, ahora se encuentra con que esta segunda los vuelve a arrastrar de lleno.
"Los restaurantes hemos sido muy responsables siempre, en la limpieza, el cuidado, ventilación. Hemos sido estrictos en las normas con mascarillas para trabajadores y clientes. Ellos han respondido, y prueba de ello está en el número de contagios", explica Solla, que arremete contra la clase política que "desde el principio ha cargado contra la hotelería".
El cocinero es consciente de es una situación complicada para todo el mundo, "pero llevamos 7 meses y creo que podemos exigir que las decisiones se tomen en base a ciertas cosas". Se han tomado medidas desde un principio en todos los países, "pero tiempo después, los contagios seguían creciendo muchísimo". "Los errores, que todos cometemos, nos enseñan siempre y cuando se analice después del error", destaca a la vez que demuestra que las decisiones tomadas "hemos visto que no han funcionado", cuestionando a su vez que la fórmula escogida "no era la que iba a parar los contagios".
El toque de queda no ha sido lo único que ha mermado el sector sino que, a lo largo de la mañana del pasado viernes, empezaron a llegarle los rumores de que iba a haber un nuevo confinamiento perimetral para reducir la movilidad. "Estábamos preparando unos servicios y de pronto las reservas empiezan a caer", lamenta Solla, "unas por la imposibilidad de moverse en el confinamiento perimetral y otras por las dudas que sembraba todo esto".
"Así no puedo seguir con mi empresa, cerraremos temporalmente"
El Estrella Michelín es consciente de la balanza entre la salud y la economía, y reprende con que lo que se está haciendo es "ahogar y dilapidar empresas porque no podemos ejercer nuestra actividad, limitándonos hasta tal punto que nos imposibilita realizarla".
Por otro lado, reclama que se tomen "decisiones mas duras para que cuanto antes podamos solventar ciertos problemas" ya que las empresas no dejan de sufrir y, en su caso, se han visto obligados a cerrar de manera temporal. "Así no puedo seguir con mi empresa, cerraremos temporalmente, no puedo deciros cuánto, solo hasta que la situación nos permita ejercer nuestra actividad", lamenta el cocinero, que buscará la forma de ofrecer el servicio a domicilio.
"Volveremos porque es lo que sabemos hacer, todos volveremos y estaremos con nuestra sonrisa"
Con el corazón en un puño, pide que "seamos conscientes, ojo con las reuniones de casa, respetad las normas. Sé que la mayoría lo hemos hecho, pero pido a esa minoría que tenga en cuenta esta situación. Sed conscientes y hacerlo con la premisa de ser rigurosos en todas las limitaciones que ahora mismo tenemos".
Por último, el chef agradece el trabajo de todo su equipo "en el que se vieron lágrimas" en el momento en el que le comunicó la noticia del cierre. "Queremos seguir con nuestra actividad económica y salvar la salud", por lo que "volveremos porque es lo que sabemos hacer, todos volveremos y estaremos con nuestra sonrisa", concluye.
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