Hay proyectos que tienen un momento de inicio y un claro y previsible final. Hay otros, como en el que está inmerso José Chas, que surgen, van creciendo y creciendo y es difícil determinar si habrá un final. En ese lapso de tiempo está este pontevedrés con su proyecto de fotografía industrial. Una radiografía de las ruinas industriales de Galicia que puede visitarse en la exposición abierta en el Pazo da Cultura.
Cuenta en PontevedraViva Radio que su apego por la fotografía comenzó siendo el niño que veía a su padre con una cámara réflex en las manos. A los doce consiguió tener su cámara propia. Un viaje de instituto a Italia fue la primera experiencia como autodidacta en fotografía. Hubiera querido ser ingeniero industrial, pero se adentró en la ingeniería de minas. Se desvió hacia la delineación y acabó en Bellas Artes. Bueno, en realidad no acabó, continuó en Barcelona estudiando fotografía y arquitectura.
Entre unos y otros, José Chas ha ido ganándose el garbanzo con múltiples trabajos; por ejemplo, apagando incendios. Todos esos retazos ha ido cosiéndolos - herencia materna en el ADN -, y el patchwork resultante es el de un fotógrafo que allá donde unos sólo ven "nada", él ve y muestra: arte, investigación, medio ambiente, urbanismo, arquitectura, memoria y emotividad.
La música, ésta que va hilando La playlist, fue la que propició las primeras conversaciones con su mujer, Rebeca, de aquello hará pronto veintiún años. Hace dos llegó otra a sus vidas, Laia, a la que duerme, con Radiohead.