Con el principal objetivo de la temporada cumplido, la permanencia, y a falta sólo de seis jornadas para el final de la competición regular, el Club Cisne Balonmano quiere permitirse el lujo de seguir soñando con la fase de ascenso a la máxima categoría.
Son conscientes en el club pontevedrés de la dificultad del empeño, al estar a cuatro puntos de la quinta y sexta plaza que ocupan Torrelavega y Alcobendas, pero puede que el último tren pase por vencer este sábado (17:30 horas) en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva al BMC madrileño.
Las cuentas están claras, no pueden escaparse puntos de casa, donde el Cisne se estrá mostando muy sólido, y después hay que sumar a domicilio, asignatura pendiente del equipo. Todo ello esperando el tropiezo de alguno de sus rivales, pensando que esta jornada, sin ir más lejos, Alcobendas recibe a un Palma del Río que apura sus opciones de lograr el ascenso directo.
No será un encuentro sencillo el que deben afrontar los de Jabato, ante un BMC que pasa por ser una de las revelaciones de la competición y que como ellos suma 24 puntos en la clasificación.
La principal duda para el técnico del Cisne será hasta última hora la presencia de David Chapela, quien ya entrena con el grupo pero con precaución de no recibir un golpe en el rostro. Por su parte el extremo Javi Vázquez arrastra problemas musculares.
Los colegiados del encuentro serán Amigo Plaza y Espadas García de la Galana, de la delegación territorial manchega.