La diferencia entre el coach y el psicólogo deportivo es que el primero trabaja sobre objetivos concretos y con la gestión emocional; y el segundo trabaja sobre el rendimiento. Con este punto aclaratorio comenzamos el Cara a cara con Diego Núñez, coach deportivo que ha trabajado al unísono con Quique Domínguez durante su etapa de entrenador del Teucro. Un técnico al que califica como "valiente" y por el que profesa respeto y admiración.
A día de hoy todavía no hay una presencia profesional generalizada del coach sobre el trabajo emocional con el deportista porque "en esta sociedad nos dicen que no puedes ser vulnerable, mostrar tus debilidades porque si no te pisan y sigue siendo algo tabú".
Esta sociedad de dualidades, como victoria-derrota o éxito-fracaso, hace que la práctica profesional de un coach deportivo incida en cómo asumir y gestionar esas circunstancias: el resultado tiene ser consecuencia de una serie de factores, si se trabajan bien esos factores "la parte física, mental y táctica y pierdes, hay que felicitar al rival. No has fracasado porque perder no es sinónimo de fracaso".
Por el contrario "el éxito como resultado no da la felicidad, como mejora de vida sí; el problema es que está asumido como resultado".
Hablamos del caso de Iniesta, que recientemente acaba de hablar en televisión de la depresión por la que pasó. Una circunstancia poco frecuente en deportistas de élite como él. "Tenemos grabado a fuego una serie de creencias y una de ellas es que no te puedes mostrar porque si resultas vulnerable te van a golpear por todos lados, estamos en una sociedad de competencia. Por tanto, yo deportista de élite, ¿cómo voy a decir que he ido a un psicólogo?".
También salen en esta charla de PontevedraViva Radio los egos entre deportistas de élite. "El ego es necesario cuando está a tu servicio, cuando tú estás al servicio del ego es cuando tienes los problemas", ejemplo que concreta en la figura de Cristiano Ronaldo "que se queja de que no le dan cariño. Son deseos de unas necesidades no cubiertas; por tanto cuando tenemos unas necesidades que queremos cubrir nos sentimos mal"; y aperace igualmente la palabra soberbia.