Los clubes asumen la gestión del Centro Deportivo Rías do Sur tras su cierre por parte de Supera
Por Manu Otero
El 9 de noviembre la empresa encargada de gestionar el Centro Deportivo Rías do Sur, Supera, decidió cerrar sus puertas poniendo la actual situación sanitaria como excusa. Este cese de actividad no solo dejó a cientos de abonados sin sus rutinas de entrenamiento semanales, también interrumpió los entrenamientos de deportistas federados que utilizaban estas instalaciones para preparar sus competiciones.
Es el caso de los nadadores del CN Galaico, Galaico Sincro, CW Pontevedra, Squash Pontevedra o numerosos triatletas que trabajaban el segmento de la natación en la única piscina olímpica de la capital de la provincia y su área metropolitana.
La decisión unilateral de la empresa provocó un terremoto en el estamento deportivo da la ciudad y después de una semana de negociaciones entre los clubes afectados y la Fundación Rías do Sur, las partes alcanzaron un acuerdo para reabrir las instalaciones y permitir que los deportistas de estos clubes puedan seguir trabajando.
"La Fundación consiguió que el CN Galaico, el Galaico Sincro y el Squash Pontevedra podamos volver a entrenar desde principios de esta semana", agradece Cristian Fernández, triatleta y entrenador del equipo de natación pontevedrés. "Hasta que Supera vuelva los clubes asumirán los gastos de mantenimiento", detalla los entresijos del acuerdo que permitieron reabrir la piscina.
Los que todavía están fuera de este pacto son los deportistas del CW Pontevedra, único club que entrenaba en estas instalaciones sin tener un convenio de colaboración con La Fundación. No obstante, las negociaciones van por buen camino y en el club esperan llegar pronto a un acuerdo para volver a entrenar en Pontemuiños.
"Nos ofrecen compartir gastos de agua, luz, limpieza y mantenimiento con el resto de equipos. Pero todavía estamos negociando las condiciones", apunta con cautela el presidente del CW Pontevedra, Jose Tellería. La directiva de la entidad lleva años solicitando firmar un convenio con la Fundación, "pero nunca les interesó", lamenta Tellería, que confía en que ahora puedan darse las circunstancias para que su club reciba el mismo trato que el resto de entidades usuarias de esta instalación.
La apertura de la piscina para estos clubes supone una auténtica tabla de salvación principalmente para los nadadores porque el calendario se endurece en las próximas semanas con campeonatos de ámbito nacional. "Si llega a cerrar no sabríamos cómo hacer", confiesa el entrenador del CN Galaico. Sondearon la posibilidad de entrenar en la piscina del CGTD, pero no hay disponibilidad; y para hacerlo en el gimnasio de Campolongo tendrían que hacer socios a todos los nadadores, algo inviable.
La pasada semana tuvieron que entrenar en seco en la Illa das Esculturas y solo algunos pudieron trabajar durante unas horas en la piscina municipal de Marín.
Más complicado lo tiene el CW Pontevedra, que tiene a los deportistas de todas sus categorías repartidos por todas las piscinas del entorno. Los alevines y benjamines solo pueden entrenar durante el fin de semana siempre que la piscina del CGTD esté libre, para los infantiles han podido reservar unas calles en la piscina municipal de Marín, mientras que los cadetes y el equipo femenino, que entrenaban en Rías do Sur, han tenido que integrarse en los turnos del juvenil y de los dos equipos absolutos para compartir todos la piscina del CGTD.
"Al final están entrenando solo un día a la semana porque no hay disponibilidad", lamenta Tellería.
Aunque el uso de la piscina es imprescindible para estos tres equipos, muchos usuarios coinciden al señalar que desde el inicio de la pandemia el servicio en este centro deportivo había empeorado de forma notable. La temperatura del agua de la piscina variaba en función de los días y faltaba personal y especialistas para atender las distintas secciones del gimnasio, algo que unido a las restricciones sanitarias acabó provocando una profunda pérdida de usuarios y, en consecuencia, la decisión de Supera, de cerrar las puertas hasta que la situación mejore.
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