La persecución del liderato, objetivo que no ha escondido a lo largo de la temporada el Pontevedra Club de Fútbol, ha sido en los dos últimos meses una carrera a paso de tortuga entre los granates y el Unión Adarve, muy diferente a la de semanas atrás en las que los dos caminaban con paso firme en la competición.
Durante las últimas 9 jornadas de liga, el Adarve ha tropezado en seis de ellas sumando sólo 13 puntos de 27 posibles (3 victorias, 4 empates y 2 derrotas), situación que no ha aprovechado el conjunto pontevedrés para asaltar el primer puesto. Es más, durante el mismo periodo de tiempo los de Ángel Rodríguez sólo han sumado 12 puntos, uno menos (3 victorias, 3 empates y 3 derrotas), lo que ha hecho que su desventaja con el líder sea de 6 puntos.
En realidad de esas seis jornadas en la que los madrileños pincharon, el Pontevedra sólo aprovechó una de ellas (1-5 contra el Arenteiro en O Carballiño) para descontar puntos y colocarse a tiro de piedra, calcando el resto de veces el resultado de su rival. De hecho ese fue el único momento en el que pasaron a depener de sí mismos, si bien los tropiezos contra Marino, Llanera y Coruxo han dejado la persecución en pausa.
Ya sea por errores propios, polémicas arbitrales o mala fortuna, lo cierto es que el tiempo pasa sin que los granates se acerquen al objetivo dando entrada a nuevos rivales en la pelea como el Navalcarnero, que ha recortado 5 puntos para empatar con el Pontevedra en la segunda posición.
En esta situación y a sólo ocho jornadas para el final de la liga, la visita del próximo domingo 27 de marzo (19.00 horas) el Estadio Municipal de Pasarón del Unión Adarve se presenta como la última oportunidad de optar a la primera posición y por tanto al ascenso directo. Todo lo que no sea vencer al cuadro madrileño (si es posible por dos goles para ganar el average particular) supondrá ya un obstáculo casi insalvable hacia esa meta, quedando eso sí en la recámara la opción de un play-off en el que cualquier cosa puede pasar.