El Club Cisne Balonmano vuelve a ser equipo de Liga Asobal. El cuadro pontevedrés superó con facilidad al Barça B para regresar a la máxima categoría del balonmano español y vivir una tarde histórica delante de su afición.
Comenzó el partido con el Cisne de lo más impreciso. Se jugaban mucho y eso se veía tanto en los pases como en los lanzamientos de cara a portería. De hecho, Bruno Vázquez y Dani Neves fallaron los primeros ataques del cuadro blanco y Álvaro Preciado erró en un pase.
El Barça, mientras tanto, se ponía con un parcial de 0-2 que obligaba la rápida reacción de los de Pontevedra. Ésta llegó con la aparición de Roney debajo de los palos con dos paradas seguidas y el posterior gol de un Mateo Arias que abría la lata para su equipo.
A partir del minuto 5 y con el 2-4 en el marcador, el cuadro blanco fue a más anotando prácticamente todos los ataques de los que disponía para colocarse a tan solo un gol del empate. La defensa estaba cómoda y de cara a gol empezaban a salir las cosas, logrando dar la vuelta al marcador alcanzados los 11 minutos (6-5).
Empató el Barça y los porteros se convirtieron en protagonistas por un momento, hasta que Neves anotó con un tremendo latigazo. Hizo lo propio el cuadro culé por mediación de Marti Soler, dando paso a los compases de mayor igualdad vistos hasta el momento pero en los que los visitantes dieron la vuelta a la tortilla para colocarse con un solo un gol por delante.
Duró poco la alegría a los visitantes, y es que el Cisne estaba cada vez más cómodo y volvía a tomar ventaja en el marcador. Con los contragolpes de Alejandro Conde y Mateo Arias, con un gol desde el aire de Chan y otro doblete de Arias, se colocaban con el 14-11 en el marcador y, por supuesto, ponían a la grada en pie.
No le gustaba lo que veía a Ferrán Porres y paró el tiempo. Marc López rompió la sequía culé desde los siete metros y Chan respondió de la misma forma, pero el filial azulgrana seguía sin encontrar su juego y se complicaba cada vez más, mientras el Cisne ponía más tierra de por medio hasta conseguir seis goles de renta con los que se alcanzó el descanso (21-15).
Después del paso por los vestuarios los jugadores de Jabato siguieron a lo suyo para hacer más daño un Barça que se topaba con la defensa y un Roney convertido en muro, que con sus paradas permitía a su equipo ampliar la ventaja en hasta los ocho goles cuando todavía quedaban 20 minutos de partido (27-19).
Pidió tiempo muerto el técnico blaugrana con la intención de revertir la situación y consiguió su propósito de superar la barrera blanca anotando un parcial de 0-2 (28-22).
Pero el Cisne no quería bajarse del carro que lo llevaría hacia el ascenso y enseguida se recuperó del golpe rival para ponerse a nueve goles de ventaja. Pudieron ser 10, pero el partido entró en un bucle de errores durante los cuales ningún equipo fue capaz de mover el marcador (32-23).
Y así se alcanzó el minuto 23. Jabato dio entrada a Pablo Picallo para que se despidiera de su afición y a Pablo González en portería. Mientras, Carlos Álvarez anotaba el gol que daba la renta de 10 goles al Cisne.
Quedaban 4 minutos de partido y los blancos empezaron a fallar. Ya daba igual, el triunfo estaba en el bote y con él, el ascenso a Liga Asobal (36-29).
Estalló de júbilo el equipo y la afición que se personó para disfrutar de este hecho histórico que la pandemia le privó de disfrutar hace dos años.
El Pabellón Municipal lució un aspecto del todo envidiable en las gradas con cientos de espectadores que no se quisieron perder este partido al que también acudió el rey emérito, Juan Carlos I, que se desplazó de Sanxenxo a Pontevedra para ver jugar a su nieto Pablo Urdangarín, hijo de la Infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín.