La Federación Internacional de Piragüismo ha descartado de manera oficial la celebración de las competiciones preolímpicas pendientes, en las que se debían adjudicar el 15 por ciento de las plazas que faltan por otorgar para participar en los Juegos de Tokio, si es que estos llegan finalmente a celebrarse ante la situación de alarma mundial por el avance del coronavirus.
Precisamente la pandemia ha provocado la suspensión de las competiciones internacionales hasta finales del mes de mayo.
Esta decisión, trasladada a nivel nacional a los deportistas por parte de la Real Federación Española de Piragüismo, cierra la puerta a la cita olímpica a varios palistas de la comarca, que tenían puesto su objetivo de la temporada en el preolímpico europeo que repartía los últimos billetes para Japón, y deja a otros pendientes de la reasignación de plazas.
Según este comunicado la entidad federativa mundial (ICF) trasladará el próximo 1 de abril su pronunciamiento sobre el sistema que determinará la adjudicación de esas plazas pendientes, sobre las que los dirigentes europeos y asiáticos se han mostrado partidarios de dar prioridad a la clasificación obtenida en el Mundial 2019.
Antía Jácome (EP Ciudad de Pontevedra), conseguiría billete en el C-2 500 metros junto a su compañera Patricia Coco al ser la primera embarcación reserva a nivel europeo
De ser así una canoísta pontevedresa, Antía Jácome (EP Ciudad de Pontevedra), conseguiría billete en el C-2 500 metros junto a su compañera Patricia Coco al ser la primera embarcación reserva a nivel europeo. Por su parte Adrián Sieiro y Sergio Vallejo (Piragüismo Poio) tendrían opciones en el C-2 1000 metros como terceros reservas europeos tras su quinto puesto en la Final B del pasado Mundial de Hungría.
Los que seguro ya no podrían acceder al sueño olímpico serían Manuel Fontán (Naútico O Muíño de Ribadumia) junto al cangués Pablo Graña en la misma distancia, el C-2 1000 metros, en la que aspiraban conseguir en el selectivo nacional el pase al preolímpico, o Natalia García (Breogán) en el kayak. Misma situación en la que se encuentra Diego Romero (Breogán do Grove) en su caso en la canoa individual, el C-1 1000.