El año 2022 estuvo plagado de hitos históricos para buena parte del tejido deportivo de la Boa Vila. Tres de los principales clubes de la ciudad disfrutaron de un ascenso de categoría, mientras que otra entidad emblemática de la capital vivió por primera vez un descenso a las categorías regionales del balonmano español.
A lo largo de este año que toca a su fin, Pontevedra siguió posicionándose como una referencia a la hora de organizar grandes eventos. Fue el caso de los mundiales de categoría júnior y sub 23 de luchas que acogió el pabellón Municipal. Además, la capital de las Rías Baixas viajó a Abu Dhabi para recoger el testigo de la final de las Series Mundiales de triatlón que se celebrarán en Pontevedra en el 2023.
La familia granate había sufrido una profunda decepción en el año 2021, cuando su equipo, pensado para aspirar los objetivos más ambiciosos, acabó cayendo a la Segunda Federación. Categoría de la que saldría al año siguiente de forma brillante al conseguir el título de ligadespués de un vibrante mano a mano con un inesperado y casi infalible hasta las últimas jornadas de liga, Unión Adarve.
Casi de forma simultánea, el Cisne volvía a saborear las mieles del éxito. Tras el descenso desde Asobal en la 2020/2021, los blancos protagonizaron una extraordinaria campaña en la División de Honor Plata que los devolvió, un año después a la élite en un partido con el Municipal lleno y con el rey Juan Carlos I en la grada.
Un nuevo triunfo del modelo de cantera que ya es seña de identidad del equipo pontevedrés. Con una diferencia, que en este año que se va, el equipo pudo celebrarlo como es debido, rodeado de una afición entregada. Porque el primer e histórico ascenso a Asobal tuvo que celebrarse en petit comité debido a las restricciones de la pandemia de la covid-19.
Igualmente histórico fue el ascenso de CW Waterpolo Pontevedra a categoría nacional. El equipo femenino arrasó en la competición autonómica y pasó también por encima de sus rivales en una fase de ascenso que llenó las gradas de la piscina de la Esuela Naval Militar, en la que dejaron encarrilado un salto de categoría que una semana después ratificaron en Murcia.
Ahora, las chicas del waterpolo pontevedrés, con un equipo reforzado con talento joven procedente de Sudamérica, compiten sin complejos en la segunda división nacional del waterpolo femenino.
La nota negativa del año la puso el Teucro. El equipo azul, que no da salido de la crisis institucional y deportiva en la que lleva hundido desde hace años, añadió una nueva planta al sótano de su desdicha con el descenso del primer equipo a Primera Nacional. Una categoría autonómica en la que nunca en su historia había estado y de la que no parece que vaya a salir esta temporada.
A nivel organizativo, Pontevedra sigue siendo un seguro a la hora de organizar eventos multitudinarios. El más destacado de este año fue la celebración de losmundiales de luchas olímpica y grappling de categoría júnior y sub 23 que convirtió a la Boa Vila en la capital de esta disciplina durante casi dos semanas.
Aunque lejos del río Lérez, representantes pontevedreses viajaron a finales de este año a Abu Dhabi para asistir a la final de las World Series de triatlón que se celebraron en el emirato para traer a Pontevedra la bandera de un evento de relevancia mundial que en el 2023 se celebrará en la ciudad.
Como aperitivo, la ciudad organizó en el mes de julio una prueba de la Copa del Mundode este deporte que atrajo a centenares de deportistas y llenó de aficionados las calles de la Boa Vila.