Prestarse más atención a una o uno mismo. Ese debería ser, para el Colectivo Feminista de Pontevedra, el mejor regalo para este San Valentín. Coincidiendo con la postura que desde hace años sostiene el movimiento feminista de todo el mundo, desde la ciudad del Lérez también se quiere apostar por el amor propio como punto de partida para el resto de relaciones afectivas.
"Siempre se hace un regalo a otras personas, pero se olvida el amor propio. No esperes que tu pareja te regale algo. Tengas o no pareja, regálatelo a ti mismo". Es uno de los mensajes que quiere lanzar Jennifer Iglesias, presidenta de este colectivo pontevedrés, que, a preguntas de PontevedraViva, aprovecha esta fecha para llamar la atención sobre el hecho de que el amor compartido con otra persona es maravilloso, pero nunca será sano de verdad si no tenemos amor propio y no nos cuidamos a nosotros mismos.
Amor propio y feminismo van de la mano y así debería ser también en San Valentín, una fecha en la que muchas veces se piensa solo en la pareja y se regala para agradecer o celebrar su amor, incluso si se trata de una persona que está a tu lado, pero no te acompaña, no te cuida, no te quiere e, incluso, te trata mal, ya sea física o psicológicamente. Muchas veces se celebra en este día una relación poco sana o tóxica y se olvida de cuidarse a uno mismo.
"¿Cuándo empezaremos a dar corazones violetas a nosotras mismas?", se pregunta Jennifer Iglesias, en alusión a los corazones de color rojo que desde hace días inundan los escaparates, que apuesta por sustituir por el mismo formato, pero en color morado, el que representan al feminismo, la igualdad y la sororidad entre mujeres. "Apostamos por corazones morados para nosotras, para querernos a nosotras mismas", añade.
Así, esta feminista pontevedresa anima a la población a no perderse en relaciones que intentan este día tapar con un regalo un maltrato constante las otras 364 jornadas del año. "Señora, sálvese, no le acepte los bombones de la gasolinera a Manolo", sostiene, refiriéndose a que muchas veces lo único que hace la otra persona es recurrir a un regalo de última hora o urgencia para tapar un déficit de amor el resto del año.
"De nada vale que agasajen después de pegarnos una paliza. De nada vale que nos agasajen después de tenernos bajo sumisión y control continuado. De nada sirve agasajar después de ser tratadas como esclavas y responsables de la carga familiar y laboral a que somos sometidas", señalaban desde el Colectivo Feminista de Pontevedra en sus redes sociales en 2022 con motivo de este día.
Recuerdan, así, que en muchas ocasiones se está celebrando una relación insana en la que "primero te da una paliza y luego te regala rosas" o en la que un regalo es, a veces, en realidad, una búsqueda de perdón por todo un año sin el amor que se celebra ese día. O, incluso, atarte. Es un mal regalo o un mal querer cuando se regala algo para atarte, señalan desde este colectivo feminista, que alerta sobre los mitos del amor romántico que justifican el control, el sometimiento o la violencia como señales de amor.
Aprovecha esta fecha para alertar sobre el "mal querer" que muchas veces se esconde tras las relaciones y que en no menos ocasiones surge porque no tenemos claro que "la primera persona a la que hay que querer es a uno mismo". Así, insiste en que "cuando sabes lo que vales como persona, toda cambia, primero amor propio para poder demostrar a los demás tu amor. Empezar por ti para que los demás te quieran bien, no mal".
Indica, además, que no pasa nada por no estar en pareja en este día de oda al amor, pues "hay muchas formas de demostrar cariño" y muchas formas diferentes de amor fuera de los cánones heteropatriarcales.
"El amor es infinito, abierto, diverso y colorido: no se puede reducir sólo a la pareja. El patriarcado nos hace creer que es el Gran Amor de nuestras vidas, que los demás afectos no son tan importantes, que ninguna experiencia amorosa se puede comparar a la del romanticismo. Y no es cierto: somos seres sociales que necesitamos a los demás para sobrevivir y para ser felices", alerta la antropóloga Coral Herrera Gómez, autora de libros como Cómo disfrutar del amor, herramientas feministas para trabajarse lo romántico o Hombres que ya no hacen sufrir por amor: Transformando las masculinidades.
El feminismo se ha manifestado en este sentido en múltiples ocasiones y Henar Herrera recuerda que "hay que desmitificar el amor romántico como la única vía para ser feliz: hay mucha gente que nos quiere y nos aprecia, hay muchas formas de relacionarse y de convivir, muchas maneras de construir vínculos hermosos con la gente. Es cuestión de liberarnos de la dependencia romántica para tejer redes afectivas que llenen nuestras vidas de gente hermosa, para multiplicar y expandir el amor". Y en San Valentín se pueden celebrar todos esos tipos de amor.
El Colectivo Feminista de Pontevedra difundió el año pasado, coincidiendo con San Valentín, una campaña en la que alertaba de que "detrás de la idea del amor romántico se esconden muchas otras ideas fundacionales de cómo debemos de ser tratadas (princesitas, protegidas, muñequitas, las sostenedores de la vida, las encargadas de hacer tareas de cuidados...)".
Alertaba también de que esta fecha puede esconder "un profundo machismo y patriarcado que se perpetúa con más fuerza" y que muchas veces las mujeres "somos tratadas como objetos y útiles durante todo el año, y luego, el 14 de febrero el capitalismo y el patriarcado se alinean para agasajarnos". Llama la atención sobre regalos que muchas veces son "objetos que perpetúan los roles impuestos socialmente" o "regalos para agradecernos el rol esclavo que tenemos en la sociedad donde cuidamos, criamos, limpiamos etc.".