El Parque Público Punta Vicaño dispone ya de un espacio situado sobre la ría que actúa como área de descanso-mirador. Y es que el Servicio Provincial de Costas ha concluido con la remodelación de una zona que se encontraba degradada y en la que predominaban materiales como el hormigón en el muro construido sobre las rocas.
Ahora, en virtud de esta intervención "o Parque Público de Punta Vicaño conta cun miradoiro acorde co seu valor paisaxístico e medioambiental", señalan desde el Concello de Sanxenxo
Tras allanar el terreno, los trabajos acometidos en una superficie de 220 metros cuadrados se centraron en revestir el pavimento, así como los muros existentes, con cuarcita "o que permite que esta área estea integrada esteticamente co entorno".
Estas obras, que precisaron de una inversión superior a los 27.000 euros, complementó las diversas acciones emprendidas por el Concello de Sanxenxo en este parque tras su adquisición en el año 2007 y que incluyeron tanto la repoblación de árboles como la dotación de un parque infantil de 800 metros cuadrados que fue pionero en Galicia en emplear corteza de pino en el suelo.
"Non é momento de asumir a dotación de grandes infraestruturas pero si de continuar traballando e xestionando aquelas actuacións que contribúen a mellorar o día a día dos nosos veciños e veciñas", señaló el equipo de Gobierno, que apuesta por fomentar el uso de espacios públicos por parte de la ciudadanía.
Más actuaciones en Punta Vicaño
En este sentido, el Concello habilitará en Punta Vicaño un circuito de gimnasia de mantenimiento y planea sacar a concurso un quiosco, con aseos incluidos, que completará la oferta de ocio de esta zona verde pública. Se completará así la repoblación de esta finca de 22.000 metros cuadrados, en los que plantaron carballos del país, casi centenarios, y robles americanos que se ubicaron en la entrada al recinto público.
También se enriqueció la zona de los naranjos con ejemplares dulces y otro amargo centenario, se preparó la masa arbórea mediante podas de saneamiento, eliminando los árboles muertos o enfermos, se instaló un sistema de riego y se creó una pradera natural.
Otras de las acciones acometidas entonces fue la de habilitar un sendero de 250 metros, desde la entrada al parque hasta el mirador del mar que ahora se está acondicionando, para lo que se utilizaron travesaños de ferrocarril y jabre mezclado con grava picosacro. El emplazamiento de mobiliario urbano, la limpieza de los muros de piedra del cierre, y la sustitución de las anteriores verjas por otras elaboradas en forja que permiten a los viandantes divisar el interior, fue el resto de tareas asumidas.