La empresa concesionaria del servicio de abastecimiento de agua y saneamiento de Pontevedra, Viaqua, ha denunciado ante la Policía Nacional dos sabotajes en otras tantas instalaciones de la ciudad, la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Os Praceres y un punto de bombeo de agua residual situado en la zona de Tafisa.
Los dos sabotajes se produjeron en estas instalaciones del servicio de saneamiento de Lourizán y de la avenida de Buenos Aires en la madrugada del viernes al sábado 16 de febrero, sobre las 2.00 horas, y no tuvieron mayores consecuencias porque, cuando alguien corto varios cables, saltó una alarma y el personal de guardia acudió a las instalaciones. De esta forma, se pudo solucionar en el momento, antes de que provocase problemas en el abastecimiento o depuración.
De todas formas, desde la Consellería de Infraestruturas de la Xunta de Galicia han manifestado, a través de fuentes oficiales, su "preocupación" por lo ocurrido, pues han supuesto causar daños en instalaciones de uso público. Además, llaman la atención sobre el hecho de que no tuvo mayores consecuencias por la rápida actuación de los técnicos al salar la alarma, pero sí habrían podido generar problemas para la ciudadanía.
El delegado territorial de la Xunta de Galicia en Ponteveda, José Manuel Cores Tourís, ha manifestado su preocupación por este tipo de accións "moi prexudiciais para o medio ambiente e para todos os veciños" y su convencimiento de que se cortaron esos cables "para producir dalgunha maneira que houbera verteduras ao mar neste caso".
Fuentes conocedoras de estos hechos han indicado que no hay constancia de sabotajes en anteriores ocasiones en ninguna de estas instalaciones de uso público. Tras estos últimos acontecimientos, desde Viaqua se han tomado ya medidas de incremento de la seguridad.
Según consta en la denuncia presentada por un representante de Viaqua ante la Policía Nacional de Pontevedra, sobre las 2.00 horas de la madrugada del sábado saltó una alarma en el telecontrol de la EDAR de Os Praceres, en la parroquia de Lourizán, y acudieron al lugar tanto el personal de guardia como la jefa de planta para comprobar qué estaba sucediendo. En ese momento, observaron que las dos rejas de desvaste estaban paradas y no se podía volver a poner en funcionamiento, ya que había varios cables del motor de la reja seccionados.
Posteriormente, se detectó otro salto de alarma en un bombeo de agua residual situado en la avenida de Buenos Aires. Personas desconocidas forzaron el cuadro de maniobra, cortando un cable de maniobra de una de las bombas, un cable de una fase de alimentación. Provocó que una de las bombas se quemase y el cable de toma de tierra.
Ambas instalaciones dependen de la empresa Viaqua y carecen de sistema de seguridad con cámaras de vídeo grabación. Según la valoración realizada por la empresa, la bomba está valorada en aproximadamente 1.500 euros.