Poio es uno de los 60 concellos gallegos en situación de máxima alerta por lo que sufrirá las restricciones más duras, como el confinamiento perimetral o el cierre al consumo en el interior de los locales de hostelería y la reducción a la mitad del aforo de las terrazas. Esto en la práctica conllevará el cierre de numerosas cafeterías.
La gerencia del Área Sanitaria ha comunicado al alcalde de Poio, Luciano Sobral que el número de casos activos en el municipio es de 76, son 10 personas contagiadas más que ayer martes.
Ante la mala evolución de la pandemia en el municipio el alcalde solicitará este jueves al Servizo Galego de Saúde (Sergas) que lleve a cabo un cribado masivo entre la población de Poio. El alcalde cree que estos rastreos son una "necesidade" para "detectar posibles cidadáns que poidan estar infectados sen sabelo", los denominados asintomáticos.
Luciano Sobral ha instado a la ciudadanía a que "cumpramos coas medidas" decretadas por la Xunta "sendo conscientes de que a situación empeorou moito" y ha insistido en que la solución "pasa por nós mesmos".
El alcalde ha anunciado que el Concello de Poio está estudiando aplicar "algunha medida complementaria" a las del Gobierno gallego en cuanto a la "utilización de espazos públicos" o el cierre de algunos recintos como aquellos destinados a actividades deportivas.
"Agora toca replegarnos, protexernos e limitar as actividades que non sexan esenciais", ha dicho el alcalde de Poio apelando a la "prudencia e responsabilidade" de todos para "ir saíndo desta situación. Sairemos mellor se somos cumpridores coas normas", ha asegurado Sobral.