El Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Carlos Oroza está teniendo en estas semanas resultados espectaculares en la huerta en la que trabaja todo el alumnado del centro, que está dando la mayor cosecha de su historia. Desde la Deputación atribuyen esta situación al uso del compost que se produce al amparo del Plan Revitaliza.
Así, según indican, sólo en la última semana se produjeron más de 100 kilos de tomates y también cajas de judías, pimientos y muchos frutos rojos, entre otras hortalizas, frutas y plantas aromáticas. La mayor parte de esta producción se está repartiendo entre los colaboradores del crowfunding que permitió ampliar la zona de cultivo, pero también congelando para poder utilizar durante el curso.
El director del centro, Manuel Hermo, explica que la huerta escolar estaba en marcha ya en el año 2015 y con la llegada del Plan Revitaliza en el curso 2016-2017 logró un empuje muy importante al comenzar a utilizar cómo fertilizante el compost producido con los biorresiduos del CIFP en los centros de compostaje de la Deputación ubicados en las cercanías de la cocina.
"El uso del compost por supuesto que se nota, ya que nos permite tener un buen sustrato fertilizado. Se nota que los productos crecen con más brío. Los tomates, por ejemplo, están más carnosos, tienen más color, son más naturales, como los de la casa, que no están calibrados… Y tenemos de diferentes tipos", explicó.
La huerta, que tiene unos 350 metros cuadrados, se divide en bancadas y un invernadero para los cultivos específicos. En total se cultivan hasta 47 tipos de hortalizas, frutas y hierbas según temporada, y ahora se están recogiendo fundamentalmente tomates, judías, pimientos, acelgas, pepinos, moras o frambuesas.
En invierno se cosechan repollos, zanahorias, rábanos, apio, puerros o grelos, entre otros, que después son utilizados en la oferta gastronómica en el restaurante Álvaro Cunqueiro o en la cafetería Suso Domínguez del centro, que están abiertos al público. Para cultivar todas estas 'compo-hortalizas' se utiliza todo el compost producido en los centros de compostaje, que suponen aproximadamente 15.000 litros anuales generados de los restos de cocina y vegetales de las clases y del comedor.
Ahora, a pesar de que la huerta funciona como un aula durante las clases, todo el personal docente y alumnado está en plenas vacaciones, pero profesorado se está haciendo cargo de recoger las hortalizas igualmente.
Para el próximo curso escolar el centro Carlos Oroza tendrá una ocupación de 440 alumnas y una plantilla de 50 profesores. En estos momentos ya están completos los ciclos de cocina, panadería y alojamiento turístico, y aún quedan plazas de servicio de restaurante, que se piensan cubrir en el mes de septiembre.