La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra juzgará el próximo jueves 17 de febrero a un hombre acusado de un delito de abuso sexual del que la víctima es una menor de tan solo cuatro años, la hija de su entonces pareja sentimental.
La Fiscalía pide que el hombre sea condenado por un delito de abuso sexual a menor con introducción de miembros corporales en la vía vaginal con las agravantes de escaso desarrollo intelectual y físico de la víctima que la colocó en situación de total indefensión y la de prevalimiento de relación de superioridad/parentesco con la víctima.
Por este delito, pide a la Audiencia que condene al acusado a 11 años de prisión y se le imponga la prohibición de aproximarse a la víctima, a su domicilio o cualquier lugar frecuentado por ella, dentro de un radio de 500 metros, durante 14 años. También pida que se le imponga la medida de libertad vigilada durante un periodo de cuatro años una vez que salga de prisión.
Asimismo, el fiscal pide para el acusado la inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante tres años después de su puesta en libertad y que indemnice a la víctima con 1.000 euros por las lesiones que le provocó y 8.000 euros por los daños morales. También deberá pagar al Sergas 4.557,71 euros por la asistencia prestada a la menor.
Los hechos ocurrieron en abril de 2020, cuando el acusado llevaba diez meses de relación sentimental con la madre de la menor y, en ocasiones, ambas pernoctaban en la vivienda del procesado. El 8 de abril, acudieron a su domicilio a altas horas de la madrugada, la niña se quedó dormida en el sofá y el procesado la acostó en su propia cama mientras discutía con su madre en el salón.
Por la mañana, la madre se fue de la casa dejando a su hija dormida y, pese a que intentó volver a entrar en la casa varias veces, no lo logró y solo pudo hacerlo varias horas después con ayuda de un vecino. Finalmente, su hija le abrió la puerta y tenía signos físicos evidentes de que había sido víctima de una agresión. La niña presentaba lesiones que presuntamente le causó el procesado en la zona vaginal.
La madre se llevó a la niña, que fue derivada para seguimiento en Psiquiatría Infantil. Ocho días después, la Xunta de Galicia asumió la guarda provisional de la niña y le otorgó un permiso de convivencia con su abuela materna para "garantizarle un entorno protector seguro".