Alrededor de una veintena de trabajadoras de la conservera Cuca acudieron al edificio de la Audiencia para asistir en el Juzgado de lo Social número 2 al juicio sobre el ERE establecido por la empresa Garavilla tras comprar la fábrica de Vilaxoán. Según manifestaba el representante sindical, Francisco Vilar, tienen sus esperanzas puestas en este proceso: "Agardamos que a xuíza declare o ERE nulo por fallos durante o proceso e porque a empresa actuou de mala fe desde o principio tanto por non respectar os tempos das xuntanzas como por non ofrecer alternativas. A empresa tiña como obxectivo trasladar as traballadoras sabendo que moitas delas non ían poder facelo. O que no fondo buscaba a empresa era reducir a plantilla porque as traballadoras non realizasen ese traslado".
Durante la vista oral que comenzó con más de 3 horas de retraso, los representantes sindicales consideran que quedó demostrado que las causas organizativas alegadas por la empresa para plantear el ERE quedaron desacreditadas por los peritos que testificaron. Tampoco existían causas económicas, según las mismas fuentes, ya que los datos auditados demostraban que en 2010 y 2011 el balance de Cuca fue positivo y "por iso queda acreditado que houbo fraude no procedemento".
El ERE de traslado afecta a 69 trabajadoras que tendrían que desplazarse a la fábrica de O Grove. Algo a lo que la mayoría no está dispuesta: "A pretensión da empresa é de mala fe para que a plantilla quedara na casa e aproveitarse da reforma laboral para facer uns despidos baratos", afirma Francisco Vilar que aguarda que la sentencia declare la nulidad del ERE.
Los representantes sindicales entienden que este proceso se puede alargar con motivo de los recursos que se planteen pero aseguran que no queda otro remedio porque "a posición da empresa é de non ter ningún tipo de negociación. Din que quere incrementar a plantilla pero despois, cando llo pedimos por escrito, néganse. Queren pasar dun proceso artesanal a un proceso industrial onde sobrará a metade da plantilla. Por iso, a empresa non quere dar garantías".
Mientras tanto, un retén de trabajadoras mantiene la guardia ante la nave para evitar un nuevo intento de traslado de la maquinaria que se encuentra en el interior. Vilar entiende que, en estos momentos, la empresa no se va a atrever a acometer ese traslado porque esas máquinas fueron subvencionadas por fondos europeos de pesca: "A empresa sen autorización da Xunta e da Comunidade Económica non podería facer uso desa maquinaria. As axudas eran para empresas pequenas e non para as grandes. Deste xeito, Garavilla compra a Cuca e faise con esa maquinaria á que eles non podían acceder". Por este motivo, los representantes sindicales creen que se ha frenado el transporte de esa maquinaria.