La actividad en la fábrica de Ence en Lourizán no se detiene a pesar de la alerta sanitaria y esa decisión motivó las críticas de colectivos ecologistas como la Asociación pola Defensa da Rïa (APDR) que en un comunicado acusó a los trabajadores y a la empresa de poner en riesgo la salud pública. Por ello el Comité de Empresa de la biofábrica sale en defensa de los empleados al señalar, también en un escrito, que "para los trabajadores lo más importante es su salud, la de sus familias y la del resto de la población. En este sentido, somos conscientes de que trabajamos con las mayores garantías de salud", aseguran.
Argumentan que las medidas preventivas que se aplican en la planta "fueron acordadas entre la empresa y los trabajadores mucho antes de que el Gobierno declarara el Estado de Alarma y abarcan desde el teletrabajo para una importante parte de la plantillas hasta los descansos preventivos en su domicilio para aquellos compañeros pertenecientes a los grupos de riesgo".
Los trabajadores defienden que la producción de esta fábrica es necesaria para combatir el Covid-19 porque la pasta de papel se emplea "para la fabricación de productos tan demandados estos días como el papel higiénico o las mascarillas".
En referencia a la intervención de la APDR, el Comité de Empresa los acusa de "mostrar una total incoherencia en caso de que realmente le alarme la crisis mundial en la que estamos inmersos, mostrando como único objetivo dañar a un sector esencial en estos momentos para poder combatir esta pandemia y teniendo como única preocupación su objetivo de paralizar la actividad industrial generadora de miles de puestos de trabajo con el consiguiente daño a la economía y al progreso del país".
También agradecen en su comunicado el "trabajo incansable de los sanitarios, fuerzas de seguridad, farmacias, supermercados, panaderías, gasolineras, transportistas y un largo etcétera de personas que nos acompañan en esta lucha".