Las mariscadoras a pie de la Cofradía de Arcade, en Soutomaior, salen a la calle este lunes. A las 10.00 horas han convocado una protesta en el muelle para exigir sus derechos y denunciar que la cofradía les impide el uso de una embarcación para ir hasta los bancos marisqueros, entre otras quejas.
Este colectivo está parado desde finales de 2023 y retomará la actividad en abril. Antes de hacerlo, querían acercarse hasta los bancos marisqueros de la Ría de Vigo para poder ver cómo están y cómo organizar su regreso al trabajo. Sin embargo, se han encontrado con que la cofradía no les permite usar el barco.
La presidenta de la asociación de mariscadoras Virxe do Carme de Arcade, Rita Míguez, explica que esta concentración responde a una situación que les llega en uno de sus peores momentos, después de que meses atrás sufriesen una mortandad masiva de marisco por el agua dulce y ahora, de cara a retomar la actividad, necesitan evaluar la situación y también realizar labores de limpieza y preparar el banco para volver a extraer el marisco.
Para llegar a sus bancos marisqueros precisan una embarcación para cruzar el río Verdugo hasta su zona de trabajo y, para ello, cuentan habitualmente con un barco. Según explicó Rita Míguez, se trata de una embarcación que tienen desde hace 20 años tras adquirirla con una subvención.
Ahora, según las mariscadoras de a pie, la cofradía "nos dice que tenemos una deuda que no admitimos" y no les dejan usarla. Así, recuerdan que pagan una cuota de socio, "como todo el mundo", y dejan en la cofradía "un tanto por cien de nuestro trabajo, como todo el mundo". Desde hace años, aportan el 1% de sus ingresos para el barco.
Ahora, no les dejan usarla, pero ellas aseguran que siempre que ha habido alguna avería importante han pagado la mitad y en octubre pagaron una factura de más de 1.000 euros. De esta forma, critican que no entienden que les digan que existe esa deuda, "no es algo racional".
Otra de las críticas de estas mariscadoras es que les acaban de subir la cuota anual, que pasa de 50 a 650 euros sin un informe financiero que lo justifique. "Piden una cuota de 650 euros y no dejan el barco. Parece que están haciéndonos una discriminación. Es como una dictadura", sostiene la presidenta de las mariscadoras.
Ante esta situación, asegura que "no nos queda más remedio que gritar a los cuatro vientos" contra la "mala gestión" de la cofradía. "No nos queda otra que manifestarnos y estar en pie de guerra", insiste.