"Nerviosismo" y actuaciones "impulsivas" en la ciudad ante una emergencia desde el incendio mortal de Valencia

Pontevedra
06 de marzo 2024
Actualizada: 30 de septiembre

Vicente Ferrería, tras participar este miércoles en un simulacro de incendio en el edificio administrativo de la Xunta de Galicia en Pontevedra, explicó que en los últimos días se han registrado varios incendios de escasa importancia en los que, sin embargo, notaron que "la gente está muy nerviosa cuando llama" y "actúa de manera un poco impulsiva"

Simulacro de incendios en el edificio de la Xunta en Pontevedra
Simulacro de incendios en el edificio de la Xunta en Pontevedra / Mónica Patxot

El incendio en el que fallecieron 10 personas el pasado 22 de febrero en el complejo residencial de 138 viviendas del barrio valenciano de Campanar ha cambiado la forma en la que los pontevedreses se enfrentan a una emergencia. Desde este fuego mortal, los servicios de emergencias notan que la población está más nerviosa ante este tipo de situaciones.

"Desde que hubo lo de Valencia, en todas las salidas que hemos tenido hay cierto nerviosismo", explicó el jefe del parque municipal de Bomberos, Vicente Ferrería, tras participar este miércoles en un simulacro de incendio en el edificio administrativo de la Xunta de Galicia en Pontevedra.

A preguntas de los medios de comunicación, Ferrería explicó que en los últimos días se han registrado varios incendios de escasa importancia en los que, sin embargo, notaron que "la gente está muy nerviosa cuando llama". 

Además, la población "actúa de manera un poco impulsiva". Ante cualquier emergencia, una persona puede actuar quedando en su casa o evacuando y, en función de lo que ocurra, es mejor una forma de reaccionar o la otra. Sin embargo, desde lo ocurrido en Valencia, la reacción es abandonar las viviendas, "todo el mundo a la calle".

Ferrería explica que optar por la evacuación o el confinamiento "condiciona el resultado" y muchas veces, si hay un incendio en un edificio, el tiro de la escalera está lleno de humo y, si los vecinos evacúan por su propia iniciativa, "a lo mejor ahí podemos tener víctimas". Sin embargo, si los vecinos se comportan "de una manera normal" y hay un fuego en una vivienda "no necesariamente tiene que propagarse al resto de viviendas". Estos días, sin embargo, "hay un poco de nerviosismo" y todos evacúan.

El simulacro realizado en el edificio administrativo de Campolongo duró aproximadamente una hora y media y tenía como objetivo poner la prueba el plan de autoprotección del edificio, además de formar y a los cientos de trabajadores y trabajadoras que cada día acuden a su puesto de trabajo. 

El simulacro se realizó en un día laborable en un momento en el que había en el edifico sobre 500 personas, 450 funcionarios y funcionarias y ciudadanos que acudieron al edificio a realizar trámites.

Aunque en el edificio trabajan 700 personas, una buena parte no estaban en las instalaciones a las 10.30 horas de la mañana cuando sonó una alarma de incendios acompañada de una grabación de audio en la que se daban instrucciones precisas para que todas las personas abandonaran el edificio por las escaleras porque había un incendio en la tercera planta.  Ya en el exterior, el personal acudió a un punto de encuentro previamente designado para cada planta. 

Varios funcionarios participaron como figurantes, simulando estar heridos o desorientados y tuvieron que ser “rescatados” y atendidos por los profesionales. 

El delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Agustín Reguera, valoró el buen resultado de este simulacro y la importancia de "estar preparados y contar con unas directrices claras para poder actuar de la mejor forma posible en caso de una emergencia real".

Para hacer posible este simulacro, participaron los 7 efectivos de guardia del parque de bomberos y agentes de la Policía Local, trabajadores del 061 y voluntarios de Protección Civil.

El simularo, el cuarto en este edificio desde su inauguración, permitió probar cómo se actuaría para apagar el incendio y localizar y rescsatar a las víctimas. Vicente Ferrería valoró que la reacción fue "satisfactoria", si bien "es cierto que hay cuestiones que hay que ir mejorando y practicando".