El despido de cuatro trabajadores del Diario de Pontevedra durante las últimas semanas ha llevado al personal a concentrarse este lunes 4 de diciembre en el cruce entre Rúa Lepanto, donde se encuentra la sede del periódico, y Benito Corbal, en las proximidades del edificio azul de la Xunta.
Serafín Alonso, portavoz del comité de empresa, manifestaba que la empresa aduce causas económicas para justificar los despidos pero los representantes sindicales están en desacuerdo con esta opción al comprobar que se están externalizando los trabajos que realizaban las personas despedidas, dos de ellas del departamento de distribución, además de dos redactoras.
"Volvemos á rúa contra a nosa vontade", indicaba el representante de la plantilla después de que hace un año se manifestaran reclamando un convenio digno. Alegan que la empresa carece de voluntad de diálogo y de alcanzar acuerdos y que, además, estos despidos sorprendieron a toda la plantilla.
Desde el comité temen que esta situación se vuelva a repetir en los próximos meses. "Eu creo que este é o inicio dun plan de recortes e de adelgazamento de persoal que vai continuar nun futuro", explica Serafín Alonso, al recordar que la empresa estaba formada por más de setenta trabajadores hace una década y ahora solo quedan 42. "Este é un proceso que cremos que vai continuar porque están externalizando traballo que até agora estabamos a sumir os compañeiros de oficinas, de redacción ou de distribución", añade.
Una de las empresas que está asumiendo parte del trabajo que realizaba la gente del Diario de Pontevedra es Disgasa, perteneciente a La Voz de Galicia. El comité de empresa fue advertido de esta externalización por medio de compañeros de La Voz de Galicia y no por parte de la dirección del Diario de Pontevedra. "Denota moi mala fe por parte da empresa á hora de chegar a algún tipo de acordo", expone Alonso.
Los representantes sindicales insisten en que la empresa es viable porque se está externalizando el trabajo. Antes de que se produjeran los despidos, el comité y la empresa se encontraban inmersos en la negociación de un convenio colectivo, que quedó paralizada en junio. "Por parte da empresa non se ve ningunha vontade de arranxar conflitos", argumenta el portavoz.
"Se isto non se soluciona ou non se lle dá un viso de normalidade, de estabilidade e de futuro teremos que manter as mobilizacións", manifiesta Serafín Alonso. Por este motivo, indican que esta concentración es la primera de un calendario de acciones en caso de que la empresa no se siente a dialogar en las próximas semanas.