La semana cierra con cotizaciones a la baja. Los mercados han corregido los niveles alcistas de los primeros días desplomando los precios hasta niveles insospechados.
Hablamos, por supuesto, de la centolla.
"Poco duran las alegrías en la casa del pobre", comenta un marinero en O Grove.
Por ejemplo, en la lonja de la localidad meca, donde tradicionalmente se paga más cara, las centollas se subastaron a 10 euros por kilo.
La gran cantidad de producto a la venta puede ser una de las razones que bajen el precio del crustaceo, la otra, obviamente, es la crisis.
Como casi siempre, la bajada en precios de la lonja no se repercute de manera inmediata en el consumidor y tanto las bancadas de los mercados de abastos como el resto de los comercializadores, han aumentado su margen de ganancia. Esto es, en lonja vale 10 euros pero en el mercado cuesta 20.
Ojo, a la hora de hablar de precios hay que descartar los "faroles", que también tienen su público aunque mucho más barato, "a esos se los llama centollos", al crustáceo no al público.
"Pide centolas e non centolos, neno", me aconseja una señora.
"Hablamos de la centolla buena, la hembra, que es más cara que el macho. Igual que con las personas", bromea una vendedora en el Mercado de Pontevedra.
Las gallegas son más feas. Me refiero a las centollas, ¿eh?. Las pescantinas nos enseñan a diferenciar las peludas y llenas de algas de las centollas de cetárea o las francesas que son "paliduchas y lampiñas".
"Con estas centollas pasa como con las setas: cuanto más bonitas, menos buenas", me dice un comprador que se suma a la animada conversación.
En todo caso las vendedoras recomienda a sus clientes a que se aprovechen de la situación y comprando ahora y congelar de cara a las fechas navideñas.