Preocupación entre los trabajadores de la cárcel de A Lama por un interno que protagoniza siete altercados en un mes

Pontevedra
02 de julio 2019
Actualizada: 03 de julio

El pasado domingo el interno se tragó siete pilas y se introdujo una varilla metálica de 8 centímetros en el pene. A gritos, y en un estado de máxima alteración, insultó y amenazó a los funcionarios, exigiendo a los mismos que le proporcionen tabaco. Varios resultaron contusionados 

Centro Penitenciario de A Lama
Centro Penitenciario de A Lama / Mónica Patxot

Los sindicatos Acaip y UGT han vuelto a denunciar problemas de seguridad para los trabajadores en el interior del centro penitenciario de A Lama y su preocupación por la falta de medios que garanticen que puedan realizar su trabajo con tranquilidad y sin riesgos. 

La denuncia no es nueva, sino que llevan meses relatando incidentes de falta de seguridad. En esta ocasión, han vuelto a salir a la palestra a raíz de la presencia en el penal de un interno que ha protagonizado siete altercados regimentales en menos de un mes. 

El último de estos incidentes se produjo el pasado domingo 30 de junio. El interno, clasificado en primer grado penitenciario y ubicado en el departamento de aislamiento pidió la presencia de los funcionarios que prestaban servicio ese día porque se había tragado siete pilas y se había introducido una varilla metálica de 8 centímetros en el pene

Cuando iba a ser desplazado a un centro médico externo, y mientras esperaba en el departamento de Ingresos, comenzó a golpear las dependencias en las que se encontraba. A gritos, y en un estado de máxima alteración, insultó y amenazó a los funcionarios, exigiendo a los mismos que le proporcionen tabaco. 

El estado de agresividad hizo que los funcionarios tuviesen que intervenir para controlar la situación. Varios de ellos resultaron contusionados de forma leve. 

Cinco días antes, el pasado día 25 de junio, este mismo interno ya había avisado a los funcionarios del turno de noche que se había introducido objetos en el pene. Añadió que tenía 'mono' de tabaco y exigió bajar al Hospital Provincial. 

Cuando los funcionarios acudieron a la celda se encontraron con que los enchufes y tomas corriente estaban destrozados, había arrancado la pletina de la interfonía y estaba armado con una varilla metálica de grandes proporciones. A su llegada, les amenazó. Los funcionarios lograron controlar la situación y el interno fue trasladado a un centro médico de madrugada. 

Los sindicatos indican que este tipo de internos es habitual desde que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias suprimió plazas en centros más adecuados y preparados para tratar este tipo de patologías que pudiesen ser de carácter psiquiátrico. El resultado es que los módulos de cumplimiento especial y los módulos de enfermería pasan a ser auténticos polvorines con internos de comportamiento imprevisible que ponen en peligro la seguridad de los trabajadores y del resto de reclusos. 

Detrás de esta situación también está la falta de personal, de modo que los sindicatos aprovechan para pedir que se complete la relación de puestos de trabajos (RPT) y se cubran las más de 50 vacantes existentes en el área de vigilancia de A Lama.