La Xunta mantiene la prealerta por escasez moderada de agua en el sistema del río Lérez.
Así, pese a las lluvias registradas en los últimos días, la Oficina Técnica da Seca ha decidido mantener la prealerta en el sistema del Lérez, pues la recuperación del río no se produce de manera inmediata y aun no se han alcanzado valores de normalidad.
La directora y el gerente de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez y Gonzalo Mosqueira, respectivamente, participaron este lunes en una nueva reunión de la Oficina Técnica da Seca, un ente también integrado por los representantes de Protección Civil, Meteogalicia, la Consellería de Medio Rural y la Consellería de Sanidade.
En la reunión se abordó la situación hidrológica y meteorológica de las distintas cuencas de Galicia-Costa, de competencia autonómica.
Además de Pontevedra esta misma prealerta se mantiene en el caso del río Grande, en Camariñas y en los sistemas del río Anllóns, río Mero, Arteixo y ría de A Coruña. Continuará la aplicación de medidas equivalentes a un escenario de prealerta por escasez en el subsistema de Baiona, situado en el sistema de explotación del río Verdugo, ría de Vigo y ría de Baiona, desde lo cuál se abastece el concello de Baiona.
En lo que se refiere a la meteorología, las lluvias acumuladas en agosto entraron dentro de los parámetros de la normalidad, pero en las comarcas del norte de A Coruña y Lugo, quedaron por debajo de los valores habituales de este mes. Además, se prevé un tiempo anticiclónico en las próximas semanas.
Esta situación de prealerta por escasez supone la intensificación del seguimiento de la situación meteorológica y de los niveles de ríos, embalses y acuíferos de la demarcación Galicia-Costa, así como de las posibles incidencias que se detecten.
La situación del resto de los sistemas de abastecimiento de la demarcación de competencia autonómica, presenta niveles de normalidad, ya que la ocupación actual de los embalses es del 69,59%, 3,4 puntos por encima de la ocupación del mismo período en 2022.
El gobierno gallego reitera la necesidad de llevar a cabo un consumo responsable del agua, evitando malgastarla a través de la restricción de riegos, la limitación del llenado de piscinas o la reutilización siempre que sea posible.