La tradición mexicana del Día de los Muertos marida con el Samaín local en Casa Maya

Pontevedra
30 de octubre 2024
Actualizada: 8:19

El establecimiento, situado en Virxe do Camiño, celebra la festividad mexicana con un elaborado altar dedicado este año a María Félix, la legendaria actriz conocida como 'la Doña'

Natali Regueiro Lopo, de Casa Maya, prepara el altar para celebrar el Día de los Muertos
Natali Regueiro Lopo, de Casa Maya, prepara el altar para celebrar el Día de los Muertos / Mónica Patxot

La fusión de culturas cobra vida estos días en Pontevedra, donde el restaurante Casa Maya se convierte en un puente entre dos tradiciones ancestrales: el Día de Muertos mexicano y el Samaín gallego.

Natalí Regueiro Lopo, propietaria del restaurante, afirma que "elegimos hacer la ofrenda a María Félix porque queremos dar visibilidad a las mujeres mexicanas, especialmente en estos tiempos donde el feminismo está en auge en México", 

María Félix es un referente cultural y una actriz con una amplia y exitosa carrera cinematográfica. Además, tiene la curiosidad de que falleció el 8 de abril de 2002, el mismo día y el mismo mes en que había nacido en 1914.

"María Félix era una mujer auténtica y fuerte que ponía a México muy en alto", añade Natalí Regueiro sobre la actriz.

El altar, montado en colaboración con la asociación Mexicanos en Galicia que dirige Julia Cebedo, incorpora elementos tradicionales como el pan de muerto, un pan dulce cuya forma circular representa el ciclo de la vida y la muerte.

"Tiene un significado muy especial", detalla Regueiro. "La cruz representa las lágrimas por los difuntos, el piquito superior simboliza el cráneo, y todo está relacionado con la profunda tradición católica mexicana".

Las calaveritas de azúcar, elaboradas artesanalmente por el colectivo de mexicanos en Galicia, adornan también el altar junto a otros elementos relacionados con la persona a la que se recuerda.

"Es un trabajo súper laborioso, pero precioso. Este año incluso personalizaron algunas con el nombre de Casa Maya", comenta orgullosa la propietaria.

La celebración se enriquece con una selección de imágenes de la exposición fotográfica titulada 'Una mirada hacia la muerte', del fotógrafo Ricardo Maldonado, con altares, ofrendas y catrinas, cedida por Mexicanos en Andalucía en colaboración con la Embajada de México en España.

Las imágenes capturan la esencia de esta festividad en diferentes lugares de la República mexicana, mostrando cómo las familias acuden con mariachis, comida, flores de cempasúchil y recuerdos junto a las tumbas de sus seres queridos.

"En México, el Día de Muertos es incluso más importante que la Navidad", revela Regueiro. "La gente va a los panteones, se carecteriza como dioses y come sobre las tumbas, hay música... Es una verdadera celebración de la vida y la muerte".

Esta visión coincide con la tradicional celebración del Samaín gallego, creando un fascinante diálogo cultural que cada vez atrae a más visitantes.

Para completar la entrada en este mundo que combina el cielo y la tierra, Casa Maya ofrece un menú especial que incluye platos tradicionales como pozole, tamales y pan de muerto, que debe disfrutarse de su ingesta con la familia..

"Me encanta ver cómo los niños se interesan por nuestra cultura y preguntan por qué nos pintamos la cara como muertos", comenta Regueiro.

"Siempre les explico que no es algo de miedo, como Halloween, sino una forma hermosa de recordar a quienes ya no están físicamente, pero siguen con nosotros", afirma.

La propietaria destaca la importancia de mantener vivas estas tradiciones, incluso lejos de México, y reconoce que películas como 'Coco', de Pixar-Disney, han ayudado mucho a entender esta festividad en otros lugares.

"Es importante saber que los muertos están ahí, que siguen con nosotros y que nos cuidan en momentos buenos y malos", confiesa.

El altar y la muestra fotográfica permanecerán todo el mes de noviembre en Casa Maya, permitiendo a los visitantes sumergirse en esta rica tradición indígena que fusiona el respeto por los antepasados con la celebración de la vida misma.

Esta fiesta mexicana relacionada con el 1 de noviembre fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008.