Nadie tiene la posibilidad de elegir cómo va a morir, pero sí puede decidir como quiere vivir y es por eso que acuden a mi mente frases pronunciadas por personas que sabían lo que decían.
Eleanor Roosevelt dice que debemos intentar hacer las cosas que creemos imposibles. Susan Sontang afirma "busco que mi vida interprete mis sueños" ¡qué gran frase!. Harriet Stowe tiene en su pensamiento las siguientes palabras "Cuando te encuentres en un lugar muy estrecho y todo parezca volverse contra ti, jamás te rindas porque ese es el momento en que tu vida cambiará".
-Esto por nombrar a algunas mujeres que dejaron escrito sus ideas, así en el día de la mujer ¡qué pena un solo día al año! Debemos pensar en tantas mujeres de diferentes razas y condiciones que tienen que soportar una vida sin comodidades ni adelantos, me estoy refiriendo a las marginadas que viven en chabolas, a las emigrantes que deben abandonar su país para integrarse en esta sociedad plural que la mayoría de las veces las rechaza, no les da trabajo porque no tienen papeles y comienza la pescadilla que se muerde la cola: no tienen trabajo, viven en la miseria y viven en la miseria porque no le dan trabajo.
-No todos los emigrantes son ladrones y gente de mal vivir, hay mujeres y hombres que dejan lo poco que tienen para venir a pasarlo muy mal, con la esperanza de poder mandar ayuda para su familia, que se consume sin lo necesario. Conocí a una dominicana que trabajaba de la mañana a la noche como asistenta y con su tesón logró que su hija terminara la carrera de abogada y pudo hacerse una casita en su país, hoy ya ha regresado y me escribe feliz.
-Cuando España no estaba pasando por este desenfreno del que presumimos ahora, mucha gente emigró a Europa y antes a América, recibieron ayuda y por eso hoy viven como les gusta.
-Y hablando de mujeres emprendedoras, podemos citar a la presidenta de Chile Michelle Bachelet o Ángela Merkel, la primera canciller alemana entre las políticas, pero por encima de colectivos están las más de 5.000 mujeres que han llegado a España con riesgo de sus vidas en cayucos o pateras con la esperanza de una vida mejor y poder llegar a Europa, llegan y se encuentra discriminada por su condición de emigrante, africana, mujer, y también, a veces, por su color. Con el riesgo de ser explotada por un país que necesita mano de obra y sin embargo las acoge mal.
Hace un par de años compuse este poema (que fue publicado en el Diario de Algeciras) a raíz de leer (en dicho periódico) el caso de una chica marroquí que vino a buscar a su marido en una patera estando embarazada de 8 meses, dice así:
OJOS EN EL ESTRECHO
Al otro lado del mar
me espera una vida llena
de riqueza y binestar
y creo que también me espera
un poco de libertad.
Esto pensaba una niña
en Ceuta, mirando al mar
con ojos tristes, bonita,
no se adivina su edad.
Entrada la noche… ella
en una patera se irá
atravesando las aguas
del estrecho… Gibraltar.
Va buscando a su hombre
que trabajando allá está,
no importa que ocho meses
en su vientre lleva ya.
Su niña nacerá en España
valiente en la patera va
camino de la esperanza
que a su niña quiere dar.
Logra llegar a la costa
y a su marido encontrar,
feliz parirá a su hija
y ella española será.