Hubo que esperar casi 25 años y a recopilar más de 1.500 estudios para que la Unión Europea decidiera prohibir los pesticidas neonicotinoides, aquellos que provocan problemas neurotóxicos en las abejas, favoreciendo su desaparición. Dieciséis países miembros, incluido el Estado español, votaron a favor de su prohibición el pasado 27 de abril. La resolución fue acogida con alegría por los colectivos ecologistas y abejeros.