Prendas imposibles; el pareo

30 de outubro 2024

El pareo, prenda estacional por antonomasia, tiene un origen misterioso (al menos para mi). Voy a consultar en google.

"Procedente de la Polinesia, allí fue utilizada originalmente para referirse solamente a las faldas de las mujeres, ya que los hombres usaban un taparrabos llamado maro. El término se aplica hoy en día a cualquier pedazo de paño usado envuelto alrededor del cuerpo, usado por los varones o las mujeres." Vaya, por culpa del patriarcado yo pensaba que el pareo era un prenda femenina. Es más, oigo "pareo" y viene a mi mente una imagen que contemplé, allá por mi tierna infancia, que retrataba a Ana Botella en bañador y pareo, algo que me dejó lo suficientemente traumatizado como para que se fijase obsesivamente en mi memoria, ay.

Me gustaría que el "maro" que se menciona en google fuese el origen del vocablo "maromo", pero va a ser que no puesto que maramo se llamaba al fornido varón que tiraba de las cuerdas (maromas) que antiguamente se colocaban en la orilla de las playas para que la muy extendida población que no sabía nadar no se ahogase.

Esto no es más que una digresión característica de todo artículo que se precie de sensible y profundo y parece mentira que tenga que recordarlo.

Digamos que el uso del pareo ha vivido tiempos mejores en nuestro país, en donde llegó a ser una prenda chic entre las señoras, empleando generosamente el término "señoras" (muchachas, abuelas, etc) y sea lo que sea que signifique "chic". En realidad, se estaba sustituyendo un anterior uso de la toalla, que si disponía de la longitud apropiada, servía a las señoras para ceñirse el cuerpo y no tener que presentarse en el chiringo en bikini o bañador, en los tiempos, claro, en que la gente no se presentaba en el chiringo, ni en ningún sitio, en chiringo o bañador. No como ahora, que entran en los bares de Plaza Cataluña, un suponer, casi en taparrabos (o maro).

Ceñirse esa prenda de origen exótico sobre el traje de baño supongo que ayudaría a sentir la sensación de que uno se hayaba en un paraíso polinésico o hawaiano, aunque estuviese en Portocelo (antes de que hubiesen adecentado Portocelo). No lo sé porque nunca he vestido un pareo, como ya he dicho por culpa del patriarcado, que no hace más que poner trabas a todo, aunque sean mentales, que en realidad son las más perniciosas. Pero me estoy perdiendo, otra vez, de modo que regresemos a la idea de que el pareo es una prenda redundante, ya que para eso teníamos la toalla pero que aportó un colorido y un toque de modernidad a la indumentaria playera, contribuyendo a que los arenales patrios cobrasen vida y sus usuarias (y usuarios) gozasen de un plus de cosmopolitismo. Iba a poner comospaletismo, pero solo porque soy mala persona.