Lucía Viéitez
Nuestro nuevo amigo, "el retenedor"
Indagando por internet y navegando por todo lo que se me ha puesto por delante, me he dado de bruces con la maravillosa genialidad que he estado buscando toda mi vida pero que desconocían mis ojos hasta el momento.
En pleno siglo XXI, con el avance de la ciencia y paralelamente de las nuevas tecnologías, por fin aparece la copa menstrual, un instrumento que todas necesitamos pero quizás algunas (como yo) todavía desconocíamos.
Pero, no nos engañemos chicas: este innovador aparatito no comenzó a dar guerra en estos últimos años, sino que su breve presentación se remonta mucho antes.
Veamos ¿qué es la copa menstrual? Pues bien, es una copa de silicona que se introduce en la vagina durante los días de menstruación, como su propio nombre indica. Retiene el flujo en su interior hasta que podamos vaciarla en cuánto gustemos, intentando evitar que ésta permanezca más de 12 horas en su interior.
Es ecológica puesto que no genera ningún tipo de residuo ni es necesario acabar con miles de seres vivos fotosintéticos para su fabricación, como ocurre con las compresas; económica en comparación con dichos proyectiles convencionales que estamos acostumbradas a utilizar, por no mencionar los susodichos pseudo-pañales que no cesan de moverse de forma continuada aportando cierto grado de incomodidad a su ingenua y resignada portadora.
Esta mini "cúpula" invertida se adapta al cuerpo femenino facilitando la movilidad tanto para hacer deporte, dormir como para llevar a cabo diversas actividades cotidianas; además es compatible con algunos métodos anticonceptivos. Relativamente duradera (unos 10 años aproximadamente) según los cuidados que reciba ya que debe ser esterilizada en agua hervida cuando el período menstrual haya finalizado.
Y bien ¿Sirve para todas las mujeres? En efecto, este pequeño retenedor se oferta en dos tallas diferentes, dependiendo de las características físicas de su compradora.
Indudablemente es de lo mejorcito que nos oferta la empresa farmacéutica, siempre y cuando no tengamos en cuenta las fabulosas cremas regeneradoras ni mucho menos las increíbles cremas anticelulitis.