Noel Queipo
Septiembre y "La vuelta al cine": Lucy
Llega Septiembre y con él la temida "vuelta al cole", se acaban las vacaciones y volvemos a la rutina. Pero como en todo, no hay mal que por bien no venga, y en el panorama audiovisual vuelven las series a las parrillas televisivas y vuelve el cine de calidad a las carteleras. No es que no haya habido alguna buena película durante el verano, pero es sabido que los productores prefieren estrenar en otras fechas, ya que en el período estival hay menos público y es, sobre todo, infantil.
Estamos, pues, en época de estrenos y de blockbusters y es que no hay nada mejor para hacer la "vuelta" menos dura que disfrutar del cine.
Uno de esos blockbusters ha sido (y sigue siendo) Lucy. Una película extraña que mezcla géneros, pensamientos e imágenes que no pegan ni con cola, haciendo un batiburrillo que, sin embargo, funciona. Mitad thriller, mitad género de superhéroes. Con imágenes al más puro estilo documental y, a la vez, muchos efectos especiales recrea una historia que mezcla realidad y ficción pero que engancha y entretiene de principio a fin.
Con la premisa de ¿qué pasaría si usásemos el 100% de nuestro cerebro? y basándose por tanto, en el mito de que sólo usamos el 10%, da una patada a la ciencia en forma de "licencia cinematográfica" para así conseguir la excusa perfecta para su historia. Eso sí, mezclando esta premisa con ciertas informaciones reales para dar credibilidad y que la trama pueda sostenerse con un resultado bastante positivo: el espectador acepta el trato a cambio de puro entretenimiento.
Tenemos pues a una Scarlett Johansson (un poco sosilla para mi gusto) que pasa de ser una estudiante un poco hortera a una superwoman de pensamientos profundos, a la que le importa más el ser que el tener y cuya máxima preocupación es el conocimiento, el saber, el entender el "porqué" de la vida eso sí de paso y ya que tiene superpoderes, se toma la justicia por su mano y se venga de unos cuantos (estoy segura de que todos en su situación daríamos ciertos escarmientos).
El problema de la película es, quizás, el motivo de este cambio tan drástico de estudiante a superheroína y la evolución en el uso de su cerebro: trabajando de mula sufre un "accidente" que hace que la droga que tiene escondida en su cuerpo se expanda por su organismo en grandes cantidades Vamos que, hablando en plata, la protagonista lo que tiene es un colocón de narices.
De todas formas y obviando algún detalle, el resultado es una película divertida e interesante, con mucha acción: disparos, peleas, una persecución en coche digna de su director Luc Besson (fanático de éste tipo de escenas); pero también con algún pensamiento profundo por el medio. "Hemos codificado nuestra existencia para adaptarla al tamaño humano, para hacerla comprensible, hemos creado una unidad de medida para olvidar que no existe ninguna medida. El tiempo es la verdadera unidad de medida, sin el tiempo no existiríamos" (Frase a de la película).
Yendo hacia atrás en el tiempo, hace un breve resumen con imágenes sobre la creación de nuestro planeta, la creación de la vida desde la primera célula pasando por toda la evolución de los seres vivos hasta el hombre. Con este fragmento de apenas un par de minutos, genera un gran contraste con la sociedad actual, haciendo hincapié en la insignificancia de la vida humana: nuestros problemas y nuestras rutinas en comparación con miles de años de existencia. Una invitación directa a valorar lo verdaderamente importante dentro de lo inevitablemente efímero, para acabar con una frase: "La vida nos fue dada hace un billón de años. Ahora ya sabéis qué hacer con ella".