Antonio Berengua
La estaca y el 9 de noviembre-día de la votación en Cataluña
La regulación normativa penal delimita aquellas conductas que deben ser sancionadas con una pena y como resultado de una valoración de su antijuridicidad material que la sociedad realiza y el legislador traduce, y es claro, que, en cada momento debe analizarse si la valoración social de una conducta encaja en el tipo formal pues en caso de respuesta negativa se forzaría el derecho penal y se produciría un conflicto muy grave dentro de la misma sociedad con dimensiones impensables, por la razón de que no debió acudirse a aquel derecho cuando racionalmente la sociedad no demandaba su aplicación pues era política, y en este sentido pienso que el hecho del nueve de noviembre, fue una consulta que respondía al deseo de unos ciudadanos que querían mostrar su ideología, aparte de que fueran o no la totalidad de la población, y de que no se cumplieran los requisitos legales del referendum y por tanto la cuestión es la de, si tal estado de cosas, debe sancionarse con una pena, máxime si los actos no producen efecto alguno, salvo el puramente político para el president Mas y para Esquerra Republicana principalmente y para los demás partidos conforme a sus programas. Entiendo que el ámbito de la cuestión incluso excede de los votantes catalanes porque pude observar que, con anterioridad, el colectivo Podemos finalizó una asamblea anterior a la votación cantando LEstaca de LLuis Llach, que tiene el mensaje de la vindicación de libertad y se remonta al año 68 y salvo que me equivoque, porque fuera una casualidad, creo que iba destinada a Cataluña. Resulta elocuente su letra "que no ves la estaca donde estamos todos atados..lligats..".. "si tiramos todos ella caerá y mucho tiempo no puede durar seguro que cae y nos podremos liberar", y la canción recobra su acento en catalán y creo así la cantó Podemos, por tanto puede pensarse que son muchas la personas de todas las edades y culturas que políticamente se suman o cuando menos esto debe tenerse en cuenta, en todo caso, antes de acudir a la denominada ultima ratio legislativa.
En efecto, con los precedentes comentados, basta con pensar en la prevaricación y el doble dolo de injusticia que se precisa para que con una meditada valoración pueda obtenerse un gran debate jurídico que descarte la figura penal y lo mismo ocurre con la desobediencia que se vuelve resbaladiza jurídicamente sobre todo cuando se predica de actos que no producen efecto y concurre la voluntad popular pues seguramente se van a sumar al menos todas las personas que participaron en la votación y no se puede detener a todo un pueblo como un recuerdo del Comendador de Ocaña, en Fuenteovejuna, y la cosa se vuelve más compleja porque tenemos a Europa observándonos y formamos parte de ella y por fortuna no se maneja la sedición y confío en que a nadie se le ocurra semejante cosa.
Desde luego es fácil imaginar al president de Cataluña acudiendo a una sede judicial para responder a una imputación por delito y la multitud de medios de comunicación siguiéndole y asimismo que cuente con el enfado de un pueblo trabajador y reflexivo que se le sume sin que nada de esto hiciera falta porque es el después lo que hay que cuidar y solucionar y me preocupa que pueda cantarse L´Estaca a estas alturas, pues recuerdo a un excelente maestro de derecho que nos decía si falla un violinista falla este músico y si falla el flautista también falla este músico, pero si falla la orquesta es que falla la batuta. Lo peor es crear un problema sin solución. La decisión es de gran trascendencia y por tanto debe meditarse sin que sea preciso contra reloj pues yo recuerdo como anécdota la proporcionada por un alto mando del ejecutivo, hace muchos años, de acabar con el terrorismo buscando a sus miembros aunque tuviera que cavar hasta el centro de la tierra, según dijo, lo que creó una gran expectativa, pero pese al enorme despliegue de medios y agentes nada logró salvo la alarma de la población que nada tenía que ver con los fugitivos y eso si al mando le valió el apodo del "zapador" por sus dichos con el sarcasmo de que "sigue cavando" y esto fue una mera anécdota, pues es claro que debió reflexionar y oir las opiniones de otras personas sobre aquella decisión.
Para mi es censurable lo que se hizo en Cataluña y no lo comparto porque es una barbaridad, pero la respuesta debe ser política y por supuesto ajena a la competencia del juez penal que debe resolver cuestiones de naturaleza penal y no político, pues entiendo que debe evitarse la ruptura de la división de poderes por más que la independencia judicial se apoye solamente en el talante y trabajo de las personas de los y las juezas que es mucho.