Beatriz Suárez-Vence Castro
Academia de Ciencias Naturales
Quedarme horrorizada de la mayoría de los contenidos de la televisión, me ha lanzado a los brazos de la radio, a la que tenía un tanto abandonada. Gracias a Internet y la Radio a la Carta puedo bajarme lo que más me gusta y escucharlo cuando quiera, porque por desgracia, como también me ocurre con la televisión, lo más interesante lo programan de noche.
El 14 de este mismo mes, en el programa Gente Despierta de Radio Nacional entrevistaron a José Elguero. A mí, como a casi todo español medio, su nombre me sonaba mucho menos que el de Messi.
José Elguero es Doctor en Ciencias Químicas y Presidente del C.S.I.C, que no tiene nada que ver con espías ni con el pequeño Nicolás. Lo único en común con el C.E.S.I.D. es que también es un Centro Español de Investigaciones, pero en este caso la C final lo relaciona con las Ciencias.
La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales es un espacio dedicado al saber, de cuya existencia y actividades conocemos apenas nada. Sí estamos informados de algunos detalles del protocolo de la Real Academia de la Lengua, como que en ella, cada integrante ocupa un sillón con su letra correspondiente. Pues bien, en la que preside Elguero, cada científico ocupa un sillón con número. El suyo es el ocho.
Otro punto en común entre ambas Academias es la elaboración de los diccionarios: La Academia de Ciencias tiene como una de sus principales funciones elaborar un diccionario de términos científicos, con las actualizaciones necesarias.
Las Ciencias, nos han dado siempre bastante canguelo a los que somos de "letras puras". Yo, al menos, cuando estudiaba, trabajaba mucho más alegremente delante de una página de Griego que de otra de Física. Con el tiempo, independientemente de mi natural preferencia por las letras y mi torpeza con las Ciencias, he llegado a la conclusión de que lo que me causaba tanto trabajo descifrar no eran las leyes de Masa, Fuerza, etc, ni la tabla periódica en Química, ni los logaritmos neperianos en Matemáticas, sino la manera en que todos ellos llegaban a mí: como si fuesen un misterio que ni los profesores entendían del todo.
La Ciencia no era algo que se divulgase igual que la Literatura, la Música o el Cine. Yo no tenía acceso a ella más que en las horas lectivas, no formaba parte de mi vida porque no se estimulaba mi curiosidad por ellas.
Actualmente, por fortuna, hay tantas actividades para los estudiantes, relacionadas con las Ciencias, que lo difícil es escoger con cuál quedarse: Planetarios, Museos de Ciencias, en donde te dejan tocar y experimentar, programas de televisión donde abordan la temática científica de una manera lúdica; charlas, dedicadas también a público adulto... Pero aún con todo, sin estar marginadas de los planes de Estudio, como ocurre con las Humanidades, el interés por las Ciencias, por todas ellas, sigue estando poco presente en nuestro día a día.
El presidente de la Academia de Ciencias habla en la entrevista con claridad, con tranquilidad, con modestia sincera, definiéndose más como un obrero de la Química que como un sabio. Aunque es las dos cosas.
Anima a las empresas a invertir en Investigación y Desarrollo, a crear y proteger patentes nacionales para crear un entramado industrial fuerte. Habla de la necesidad de compromiso de los Gobiernos y de la importancia de acercar la Ciencia a las personas, remarcando también la parte positiva de la Química como ciencia que, a pesar de sus aspectos negativos, ayuda y cura enfermedades.
También destaca la valía de los científicos españoles, de los que se han ido y de los que se han quedado, y la valoración positiva que de ellos se hace a nivel internacional. Desliza un dato en la entrevista que a mí al menos me ha parecido curioso: el gran avance de China en el mercado científico.
En cuanto a la divulgación de la Ciencia como entretenimiento, entiende que no es fácil pues no es una materia que llegue tan bien al público como las historias de ficción. Sin embargo, en las actividades de los Programas de Ciencias para todos que se desarrollan en el Instituto Científico Español, se logra reunir a una media de cien personas, en día de semana para aprender y hablar de Ciencia.
Con el éxito de estas iniciativas se demuestra que a la gente sí le interesa la Ciencia y le provoca curiosidad cuando se explica de una manera apropiada.
José Elguera, desmonta el prototipo de científico de bata blanca rodeado de probetas, aislado del mundo. Dedica a la lectura de artículos publicados por otros científicos una media de cinco horas diarias y él mismo, gracias a las nuevas tecnologías publica más artículos ahora que en su juventud.
El mero hecho de acercarse a la Radio de noche, a hablar de Ciencia de manera informal pero correcta, contribuye a mostrar que quien trabaja en Ciencia puede también comunicarla de manera entretenida y convertirla en tema de actualidad si lo hace como él: con habilidad, paciencia y cariño.
Si no pueden dormir, apuesten por un programa de radio nocturna o, si el trabajo se lo permite, recupérenla de día, con la ayuda de Internet. Guarda joyas, como esta entrevista, realizada por Carles Mesa, que nos reconcilian con los medios de comunicación y con la Humanidad entera, después de haber sufrido un domingo en el que no parecía existir nada más importante en el mundo que la patada de Rossi a Márquez en el Mundial de Malasia. Esto creo, no hace falta divulgarlo más.