Beatriz Suárez-Vence Castro
Tejer por Siria
En 1998, Whitney Otto, una escritora californiana nos contaba la historia de varias generaciones de mujeres con un vínculo común: su habilidad con el patchwork. El libro, titulado How to make an American Quilt, enamoró a Spielberg, quien poco después lo adaptaría para el cine con el título de Coser y Cantar.
En El Club de los Viernes, unas clases de calceta se convierten en el vehículo perfecto para que las alumnas vayan poniendo en orden sus sentimientos. A medida que tejen, hacen una puesta en común de vivencias, cada una con su experiencia, con sus dudas y certezas, se ayudan unas a otras a ser cada día un poquito mejores.
La calceta, el ganchillo, lo que siempre hemos conocido como las "labores de las abuelas", son un excelente ejercicio que personas de todas las edades, practican. Más mujeres que hombres, al menos por ahora, encuentran en ellas un excelente método para relajarse además de confeccionar prendas de ropa. Tejer, no es solo una moda.
En Vigo, la cafetería Victoria’s Bakery Shop es el punto de encuentro para tejedoras y tejedores de todas las edades que han decidido hacer algo con sus propias manos para ayudar a los refugiados sirios. Así, además de las ayudas habituales de alimento y medicina, llegarán hasta Siria, mantas, gorros, bufandas y todo lo que ellos sean capaces de tejer, ahora que el frío hace todavía más difícil la vida en los campamentos.
La iniciativa TejerporSiria ha llevado también a un grupo de pontevedresas, integrantes del Club Belmar, que tiene su sede en la Calle Augusto González Besada a impartir clases de calceta con el mismo objetivo que sus compañeras viguesas.
Un regalo hecho con nuestras propias manos, siempre añade un plus de cariño a lo que regalamos. Si lo hacemos por una buena causa es, todavía, más valioso.