Alexander Vórtice
Chus Vázquez y la sedicción vital
Uno pasa por la vida escapando del qué dirán, hasta que se encuentra con el sentir básico que reside en las cosas pequeñas, que es cuando nos deja de importar en gran manera lo externo y resolvemos mostrarnos tal y como somos cual acto de sedición vital.
El arte es una buena manera de articular este estado de rebeldía cívica. A unos les da por poetizar, a otros por cantar melodías que dispersen la negrura del momento… A Chus Vázquez le dio en su día por agarrar los pinceles y ahora pinta a modo de escapatoria, como raíz esencial que le ayuda a continuar adelante sin importar el cómo ni el porqué.
Leonardo Da Vinci indicaba que "la pintura es una poesía que se ve sin oírla; y la poesía es una pintura que se oye y no se ve; son, pues, estas dos poesías o, si lo prefieres, dos pinturas, que utilizan dos sentidos diferentes para llegar a nuestra inteligencia. Porque si una y otra son pintura, pasarán al común sentido a través del sentido más noble que es el ojo; y si una y otra son poesía, habrán de pasar por el sentido menos noble, es decir, el oído".
En los cuadros de Chus hay mucho de poesía, de huida hacia lugares comunes, de catarsis… Milita en sus cuadros una voraz ansia por revelar lo fundamental y no dejar escapar lo que en verdad interesa al hombre o la mujer que se siente libre. Viven en sus pinceladas docenas de sentimientos firmes que ambicionan evadirse del "run run" ordinario que azota con sus manos tétricas nuestras mentes, nuestras almas, nuestro día a día… Acaso el arte sea el legado más personal que podamos dejar en este mundo que últimamente se nos muestra bastante fraccionado y colmado de injusticias.
Así es que para todo el que lo desee ahora puede visionar parte de sus obras en "A Capela do Hospital", en Cangas. Una exposición que vale la pena visitar y ojear detenidamente, y que estará abierta al público hasta el próximo 2 de marzo.
Porque adentrarse en el sentir ajeno es penetrar en nosotros mismos, es vislumbrar en el rostro del otro –del semejante- nuestros miedos, nuestras aspiraciones, nuestra forma caminar y de ver la vida que, en ocasiones, tiene mucho que ver con las demás vidas, ya que el arte, al igual que cualquier sensibilidad que valga la pena, posee la obligación de unir, jamás de dividir.