Beatriz Suárez-Vence Castro
PTV MILENIUM
Coworking y networking son dos anglicismos con lo que empezamos a estar familiarizados.
En el primero, el trabajo cooperativo, profesionales y pequeñas empresas de distinto sector, comparten un espacio común de trabajo, desarrollando su actividad de manera independiente pero fomentando también proyectos conjuntos. El Centro de Negocios de la pontevedresa calle Manuel Quiroga o el espacio Arroelo de la calle Michelena son dos ejemplos del tirón que tiene esta forma de trabajar en nuestra ciudad.
El segundo de los vocablos, networking, hace referencia al trabajo en red, en el que si bien no se trabaja en un espacio común, se establece por medio de un grupo organizado y sujeto a una serie de normas, un sistema de contactos entre empresarios, también de distintos sectores, para ayudarse mejorar la rentabilidad de todos sus integrantes.
El grupo PTV Milenium representa el networking en Pontevedra, una forma de trabajar dinámica y efectiva, que cuenta ya con un grupo de cincuenta miembros, desde su nacimiento en noviembre de 2014. Empresas de Seguridad, limpieza, óptica, arquitectura, ingeniería son algunos ejemplos de su larga lista de actividades desarrolladas por sus miembros. Se reúnen una vez por semana para intercambiar referencias de negocio y fijar objetivos. Esta semana están de enhorabuena porque han conseguido alcanzar la cifra de dos millones de euros en negocios cerrados en total por sus miembros.
Esta forma de trabajar en grupo todavía genera cierto recelo, cuestión que los representantes de la rama pontevedresa de BNI, ayudan a zanjar con un ambiente más que amable para las personas que se añaden a sus reuniones como meros invitados, sin compromiso de entrar a formar parte de la organización, informando de los derechos y obligaciones que supone la incorporación.
PTV MILENIUM es una muestra de que Pontevedra ha sabido sacudirse la proverbial pereza que le daba fama de ciudad dormida y continúa sumando opciones para luchar, además, contra la crisis que se ha cebado sobre todo con el pequeño comercio, una de las señas de identidad de nuestra ciudad que necesita de revulsivos como este para no llegar a perderla.