Milagros Bará
Javier Puig Llamas y los excesos de la Memoria Histórica
Presentar mañana lunes en el Concello de Pontevedra, por parte de Marea, una moción para que se cambie el nombre de la calle Javier Puig Llamas, con la exposición de motivos que hacen, no ha lugar en el actual marco de la Ley. La retirada de símbolos y nombres de calles se refiere exclusivamente a "los signos de exaltación del franquismo" entre ellos la retirada de "escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".
A algún historiador, por ahora anónimo, se le ha ocurrido la idea de aplicar la Ley de la Memoria histórica a Javier Puig Llamas. Eso sí, por ocupar un cargo administrativo durante unos meses y sin documentar una sola acusación que ampare la Ley.
Estaría bien saber qué artículo de la Ley de la Memoria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de Diciembre) se aplica a un gestor de la Diputación durante el año 36 y 37, porque ni en el artículo 3, ni en el 15 tienen base alguna. La Ley de la que hablamos apunta directamente a los que ordenaron y ejecutaron medidas directas e injustas contra otras personas.
Javier Puig Llamas fue un abogado, periodista y político, y como tal Diputado Provincial en el periodo de 1913 a 1923 y entre 1937-1938 y Alcalde de Pontevedra durante el bienio 1909-1911. Fue redactor de "La Tierra", director de "La Correspondencia Gallega" y Decano del Colegio de Abogados de Pontevedra.
Fue co-fundador de los Exploradores de Pontevedra junto con José Riestra, Manuel Cojo Varela y los directores de los tres periódicos locales en 1913 (Prudencio Landín, José Millán e Isidro Buceta) pero que fue suprimido por el gobierno de Franco en 1940. Esta entidad realizó importantes labores socio-culturales y durante la importante infección de gripe que asoló la ciudad, estableció un comedor para niños en San Francisco muy apreciado y valorado por los estamentos en el lugar donde hoy está el comedor de los pobres.
En su contexto histórico fue un patriota liberal convencido y un fervoroso católico de su tiempo. Amigo personal de Niceto Alcalá Zamora, Valle Inclán y Emiliano Iglesias, este último fue elegido Diputado por Pontevedra en 1931, dentro de la candidatura de la Federación Republicana Gallega, y al que ayudó a regresar a España después de la Guerra Civil. Como abogado no cobraba a personas sin recursos, y en una ocasión se personaron en su despacho una representación de los abogados de la ciudad para pedirle que fijase una tarifa para estas personas.
Fue nombrado miembro de la comisión gestora de la Diputación para después presidirla durante la guerra. Según el magnífico libro de Xosé Álvarez Castro, "Pontevedra nos anos do medo", ni siquiera fue falangista y lo cita de pasada en dos ocasiones.
Durante su período de gobierno en la Diputación, del 11 de diciembre de 1937 al 8 de agosto de 1938, las Actas de las Juntas dejan bien claro que fue una presidencia de trámite, en la que tenían que resolver asuntos cotidianos como la Repoblación forestal, Asilo de Ancianos, pensiones de viudas, Hospital Provincial, Lazareto, arenales, presupuestos, aceptación de la herencia de Casto Sampedro y atención a sus hijas, etc. Además durante este mandato se preocupó por las condiciones de los presos de guerra que llegaban a Pontevedra del frente de León.
Su cargo en la Presidencia duró ocho meses y presentó su dimisión alegando problemas de trabajo, ejercía como abogado, y de salud por lo que siguiendo el espíritu de la moción de Marea en base a presunciones, "presumo que, no contento con el devenir de los acontecimientos en Pontevedra, alegó una disculpa para no seguir en el puesto".
Ahora bien, si lo que quieren es llamar la atención en campaña electoral pues hay otros nombres a los que sí se le puede aplicar la Ley de manera directa en Pontevedra, pero por lo visto para estos casos sí que falla la memoria. Sólo en el caso de que esos "historiadores anónimos" puedan aportar documentos inéditos que señalen de manera inequívoca a Javier Puig Llamas como un represor, censor y/o ejecutor de desmanes durante la Guerra Civil y el franquismo cambiaré mi punto a día de hoy.
Pero aquí, en la ciudad del paro, la fiesta y el aburrimiento por antonomasia todo da igual porque así ya tenemos tema para todo el largo y lluvioso invierno que se avecina.
Fuentes: Pontevedra nos anos do medo de Xosé Álvarez Castro, correspondencia personal de Javier Puig Llamas, Libro de Actas del Archivo Provincial de la Diputación de Pontevedra y Ley de la Memoria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de Diciembre).