Beatriz Suárez-Vence Castro
Viejotecas
Ayer, curioseando en una papelería, encontré un sello para estampaciones que ponía: "nunca pienses que eres demasiado viejo para cumplir un sueño" y pensé que, mientras la salud te acompañe, es totalmente cierto.
Cuando las estadísticas de población dicen que estamos envejeciendo nos parece un espanto: hay menos niños y más gente mayor. Sin embargo la parte buena de esto es que nuestros mayores tienen cada vez más calidad de vida, siempre y cuando la salud les acompañe. Salud física y mental.
Tengo una tía de ochenta y un años y cuando cumplió los ochenta celebré para ella un cumpleaños por todo lo alto. Una de las felicitaciones que hice recopilaba fotos de personajes famosos aún en activo de su misma edad y me sorprendió comprobar la cantidad de "ochentañeros" en forma que aún trabajan.
El tema volvió a mi cabeza esta semana con la noticia de la retirada de la actuación de mi admirado Robert Redford, que acaba de entrar en su octava década de vida. Podríamos pensar que el motivo de su retirada es el cansancio después de una más que fructífera carrera como actor y director. Pues no. Ha declarado que es un hombre demasiado inquieto para seguir esperando su entrada entre toma y toma, entre acción y corte. No soporta ya las esperas. Así que a partir de ahora será siempre él quien dé las órdenes. Se retira como actor pero no como director, carrera en la que siempre se la ha conocido menos porque su físico, ahogó sus grandes cualidades como creador.
Su debut en la dirección lo realizó en 1980 con Gente Corriente, película que se llevó cuatro premios Óscar entre ellos precisamente mejor película y dirección. Los otros dos fueron al mejor guión adaptado para Alvin Sargent y mejor actor de reparto para Timothy Hutton, entonces adolescente, que brilla al lado de un grandísimo Donald Sutherland y que, junto con Mary Tyler Moore, encarnan un cuadro familiar que en mi opinión constituye uno de los dramas familiares más emocionantes de la historia del cine. Sin artificios, casi teatral, el cine de Redford como director es un cine de sentimientos profundos, alejado de la superficialidad a la que sus papeles de guapo lo condenaron en cierta manera como actor y que, conociendo tan bien su oficio, consigue extraer las mejores interpretaciones de sus actores.
Otro ejemplo de ochentañera imparable es Concha Velasco. Ocasión de comprobar su vitalidad la han tenidos los afortunados pontevedreses que pudieron verla y oírla en el Auditorio Caixanova de nuestra ciudad el mes pasado, como protagonista absoluta de la obra "La Reina Juana" en la que memorizar un texto y ponerle voz en el escenario está solo al alcance de unos pocos valientes, jóvenes incluidos. Superada una enfermedad grave y un matrimonio altamente perjudicial para sus intereses personales y artísticos, madre y abuela, cuando le preguntan si no piensa descansar una temporada contesta: -"Sí. Cuando me muera"-
Lola Herrera, Mario Vargas Llosa, o el pintor Antonio López son ejemplos de personas a las que la edad no impide seguir haciendo lo que más les gusta.
En la ciudad colombiana de Cali son popularísimas las viejotecas, despojado el nombre de cualquier connotación despectiva, son lugares donde la gente mayor se reúne para tomar una copa y bailar música de otra época, de la suya. El concepto se ha exportado a muchos otros países y en Madrid también podemos encontrarlas. Son paraísos para los nostálgicos del vinilo.
Pero la jovenzuela, más simpática es conocida como Baba Lena. Aventurera a los ochenta y nueve años, sus andanzas se han vuelto virales en la red. Mochilera por el mundo,comparte moto con gente de la edad de sus nietos quienes precisamente fueron los que se dieron cuenta de que su abuela tenía todavía mucha cuerda y la animaron a salir del sofá después de que hubiese sufrido un bajón en su estado de ánimo. En cuanto se recuperó se lanzó al mundo de tal manera que ahora no hay quien la pare.
Y es que nuestros mayores tienen la sabiduría que le dan los años y la ilusión del que empieza algo nuevo pero sabiendo que su tiempo es limitado y quiere disfrutar hasta el último minuto de la fiesta.