María Biempica
¿Y tú me lo preguntas?:
Gracias tanto a la Real Academia Española como a las desafortunadas declaraciones del todavía alcalde de Alcorcón hoy en día todos conocemos la verdadera definición de la palabra feminismo, esto es "la ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres".
Pero si "gastamos" otros dos minutos en buscar en la misma fuente la palabra machismo, que digo yo que por ende tendría que ser la ideología que defiende que los hombres deben tener los mismos derechos que las mujeres, la realidad nos muestra otra definición bien distinta, pues habla de la "actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres".
Y eso me hace pensar que por mucho que lo creamos seguimos estando a años luz de conseguir un mínimo de igualdad entre los derechos de los hombres y de las mujeres. En mi propio entorno reconozco a muchos machistas y no me queda otra que convivir con ellos, pero he de confesar que para mí es más descorazonador aún comprobar que también convivo con mujeres machistas que hacen que se me antoje un imposible acercarnos siquiera a la tan anhelada igualdad de géneros.
Es una lucha que he dado por perdida hace mucho tiempo y procuro entender las razones por las que muchos hombres y mujeres insisten en aferrarse a este modelo de desigualdad tan dañino y poco enriquecedor.
Desde muy temprana edad mi hermana me apoda "mujer en pie con puño en alto", pues siempre he tenido una especial predilección para meterme en líos intentando conseguir estos derechos que en realidad nunca disfrutamos. Pero no se me ocurre otro modo de manifestar mi malestar ante situaciones injustas asumidas con naturalidad por el resto. Para muchas mujeres sigue siendo un despropósito alcanzar unos mínimos de equidad laboral. Y lo que es peor, para muchas mujeres sigue siendo un despropósito alcanzar unos mínimos de respeto y de no agresión (física o verbal) en sus relaciones.
Hace un par de días me comentaban que se acerca la fecha en la que un gran número de surferos de mi ciudad se reúne para cenar y compartir anécdotas. Sólo ponen una condición y es llevar varios años practicando este deporte. Desde la primera vez que se organizó esta "xuntanza" confesé mi deseo de acudir. Por lo visto, no es suficiente con llevar veintitrés años disfrutando del surf, ni que me tuviesen que dar puntos de sutura, ni surfear durante mis dos embarazos, ni haber ganado algún que otro trofeo. Nada de eso es suficiente para poder admitirme en esta reunión. También hay que tener pene.
Estoy cansada de ser la solitaria "mujer en pie con puño en alto" de la que hablaba mi hermana y asumo, un año más, esta clara injusticia con desesperanza.
Hace poco mi hijo me comentó que en su colegio estaban haciendo un trabajo sobre la violencia de género y me preguntó qué es el machismo. Estuve a punto de contestar: ¿Qué es machismo? - dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es machismo? ¿Y tú me lo preguntas? Machismo….eres tú.