Beatriz Suárez-Vence Castro
Español urgente
¿Sabían ustedes que hay una Fundación del Español Urgente? Yo tampoco lo sabía, pero ahora que lo he descubierto estoy como niña con zapatos nuevos, porque quienes gustamos de jugar con las palabras, saber cuáles son correctas y qué hay de nuevo por el diccionario lo pasamos pipa con estas cosas. Cada uno, tiene su manera de divertirse y yo estoy haciendo una porra a ver qué palabra sale elegida como palabra del año del 2016.
La cosa no es tan tonta como podría parecer en un principio porque el idioma refleja los cambios en la sociedad. Es algo vivo. Ilustra lo que nos preocupa, lo que nos alegra, lo que nos ilusiona, la situación política del momento y hasta los acontecimientos deportivos o los adelantos tecnológicos.
La fundación además hace su trabajo muy en serio y se preocupa de que nuestro idioma se utilice correctamente en los medios de comunicación y cuenta con el asesoramiento de la Real Academia Española de la Lengua, desde su creación en el año 2005.
La palabra del año 2016 ha sido posverdad. Acuñada por el diccionario Oxford en su versión original, "postruth", nosotros la hemos traducido sin rompernos mucho la cabeza, pero su significado encierra la definición del tiempo de falsedades en que nos ha tocado vivir, en el que importa más la reacción o emoción que suscita un hecho que lo realmente cierto o demostrable. Se apela a la emoción para conseguir lo que uno quiere. Como ejemplo de posverdad rotunda sale Donald Trump, a poco que pensemos.
El periódico La Vanguardia ha escogido Bréxit como palabra del año, y otra palabra del ámbito político está nominada entre otras doce para palabras del año: sorpaso. En este caso no es de nueva creación pues ya tenía su peso histórico en Italia y fue Pablo Iglesias el que la incorporó a nuestro vocabulario en las elecciones pasadas.
La página de la Fundación es completísima, con glosarios temáticos de hasta diez categorías en el que también hay sitio para el Medio Ambiente con palabras como supermanzana (entorno urbano mayor que una manzana pero menor que un barrio que se hace peatonal y en el que se desarrollan actividades lúdicas y educativas). Nueva York es la gran manzana y Pontevedra, entiendo, va camino de convertirse en una manzana pequeña.
En las tres ediciones previas de este singular concurso que elige la palabra del año, las ganadoras de las ediciones anteriores fueron: escrache (2013), selfie (2014) y refugiado (2015).
De las candidatas de este año, a mí hay dos que me encantan: ningufoneo, que parece de los payasos de la tele pero es una traducción libre del vocablo inglés "phubbing", que viene siendo en las dos lenguas esa costumbre tan extendida de prestar más atención al móvil que a la persona que tenemos delante. El ninguneo de toda la vida, pero con móvil de por medio, que le da un toque de modernidad y mayor patetismo,si cabe, a la situación.
Mi otra favorita es cuñadismo, que si hasta ahora hacía referencia a esa cosa tan española de colocar al cuñado en un puesto de trabajo como "recomendao", ahora amplía su utilización para definir la tendencia a opinar de todo, queriendo ser más listo que nadie, normalmente sin tener puñetera idea de lo que se está hablando. A mí me parece hasta entrañable, por las fechas en las que estamos, que son muy de estar con la familia, incluida la política. Aunque yo no tenga cuñados, me pongo en el caso con mucha facilidad. Y en el de quien tenga cuñadas, también.
Si alguien manda Christmas todavía, tarjetas de Navidad o navideñas, que es como se diría en español, que sepa que es correcto felicitar la Navidad o las Navidades, en plural, admitiéndose la minúscula en la segunda. Que luego somos un mar de dudas con el bolígrafo en la mano.
Navegando por la página de la Fundación del Español Urgente me ha hecho mucha gracia la consulta de un usuario que preguntaba si la voz "tanto da" para decir que algo resulta indiferente es correcta o es un catalanismo. Pensé inmediatamente en la de veces que utilizamos en gallego la expresión "tanto ten" o "tanto me ten", encogiendo los hombros, como gesto indispensable para acompañarla. Una de las últimas veces que la oí y me encantó, fue en boca de una señora que se subió con sus bolsas a un autobús que iba para Ourense y el conductor le dijo: "Mire que paro en Carballiño". Ella puso cara de "como si paras a coger gasolina" y contestó, por supuesto encogiendo los hombros: "Tanto ten". Y ya a todos los pasajeros que éramos del país, solo con eso, nos quedó claro que a ella con tal de que la llevara a Ourense, como si, entre el trayecto va a la luna y vuelve. Correcta la expresión, no: Correctísima.
Si no les ha tocado la lotería prueben a hacer una porra con las palabras candidatas del 2016. No van a ganar nada tampoco pero siempre repasan cosas de lo que ha sido el año que en breve nos dejará y ayudan a los peques con los deberes de lengua de una forma divertida.
Y no pierdan la esperanza, que aún nos queda la del Niño. Así, con mayúscula.