Beatriz Suárez-Vence Castro
En desarrollo
Cuando habla Trump sube el pan. Y la luz y el gas y el teléfono y los colores a la cara de cualquier ciudadano del mundo medianamente sensible, por vergüenza ajena.
Trump ha suprimido el idioma español de la Web de la Casa Blanca. Solo por cincuenta millones de hispanohablantes que tiene Estados Unidos, piensa que no debería haberse molestado en mantenerlo. Ha puesto una cosa muy graciosa en la página para todo aquel que busque algo en español, que nos hemos encontrado todos alguna que otra vez navegando por la red: En desarrollo. Es decir que se está pensando si merece la pena seguir con la página en castellano o se convertirá en una parte sin desarrollar del todo.
El español es junto con el inglés el idioma que se habla en más países del mundo. No el más hablado porque en China la población es enorme así que el chino se habla más pero en menos países. El Inglés que se habla en américa es el inglés que hablan los americanos que no es ni mucho menos el más puro. Pero como Trump ha decidido pasarlo todo por su filtro particular pues con el idioma que habla él es más que suficiente.
Da la impresión de que lo que quiere el flamante presidente de EEUU es cerrar a cal y canto el país y tirar la llave al mar. "América para los americanos".
Con lo que no cuenta es que con ese no dejar entrar nada de fuera va a empezar a perder la mayor riqueza que puede tener una nación: la diversidad cultural. Y el mayor puente tendido entre América y el resto del mundo es el español. Un único idioma no llega a todo el mundo, por mucha vocación de universalidad que tenga.
El gesto de la Administración Trump retirando el español de la web de la Casa Blanca no es solamente un error como han dicho desde el Gobierno español. Es una gigantesca peineta que nos ha hecho a todos los países hispanohablantes entre los que se encuentran, lo quiera o no, los propios americanos porque América no es sólo la del Norte, es Centroamérica y Suramérica, incluyendo el Méjico fronterizo que quiere tapar con un muro.
No podemos estar en contra de la elección de Trump como presidente porque es un presidente electo por votación democrática. Es lo que su país ha querido y como demócratas tenemos que acatar a la mayoría, y la mayoría ha votado a Trump.
Pero lo que sí podemos hacer es utilizar los mecanismos de control que también existen en democracia cada vez que una decisión presidencial atente contra ella.
La supresión del español puede parecer algo banal en comparación con otras medidas que ha anunciado en campaña pero no es sino una declaración de intenciones soberbia e irrespetuosa que no se puede dejar pasar por alto y a la que se ha de buscar una manera legal de dejar sin efecto. Y ejercer suficiente presión como para que esa página en desarrollo llegue a estar completa.