Laura Rodríguez
Los monstruos llenos de ira invaden los Goya 2017
Bajo un amenazador temporal que regaba toda la península e invitaba a sofá, manta y tele han tenido lugar una vez más los premios del cine español, la 31º gala de los premios Goya.
Cine , cine, ojalá hubiera más cine
Esta fue la frase con la que se daba paso a Dani Rovira el cual, como dejó bien claro en su monólogo inicial, estaba encantado y emocionado de presentar por tercera vez esta conocida gala, comenzando sin duda con un nada esperado (y con esto espero que se capte bien la ironía) comentario hacia Trump “cine se escribe con I latina” le recriminaba el actor al nuevo presidente, pero por supuesto no esperó mucho a ser acompañado de la consiguiente y merecida puya a la política nacional y su escaso interés en la cultura la cual recibió el mismo tiempo que se le había dedicado a esta en las campañas electorales, nada, hasta este momento no nos habíamos llevado ninguna sorpresa con estos gestos.
A partir de ahí comenzaron los primeros premiados, ya como salida y como premonición del final de la gala, Raúl Arévalo se alzó con la primera de las cuatro estatuillas que recibiría su ópera prima Tarde para la ira, la cual demostró su peso e importancia no solo como dirección Nobel, si no también con actor de reparto para Manolo Solo, guión original y la ansiada mejor película, sin duda una acogida insuperable para el primer trabajo de dirección del polifacético actor al cual Dani Rovira ya le ansiaba que “metiera la segunda película” para que podamos seguir disfrutando de sus trabajos.
Pero si hay un nervioso e inquieto protagonista de la noche ese es J. A. Bayona, el cual puede estar seguro de que va a necesitar tres cosas después de esta noche:
- Estanterías nuevas para los nueve grandes Goyas que se lleva esta noche para casita.
- Protector labial porque de frotarse los labios por los nervios los debe tener en carne viva el pobre.
- Una foto en la que se le diferencie de su hermano porque son clavaditos y eso confunde a los de la Academia y luego tienen cagadas en pleno directo.
Por supuesto sus nervios estaban justificados. Su película Un monstruo viene a verme, la cual conquistó los corazones del público en las salas de cine, obtuvo el mayor número de cabezones de la noche, alzándose con prácticamente todos los reconocimientos técnicos, así como el premio a mejor dirección en el cual sentenció aquello que parece que a muchos políticos se les olvida y es que “La cultura es necesaria”, esas fueron sus palabras, que debemos ser capaces de aprender a usar un lápiz, como bien le enseñó su padre a él, e imaginar mundos e historias imposibles que nos hagan libres de pensamiento y capaces de ver más allá.
Pero por supuesto en la parrilla de todas las porras cinematográficas debemos contar con las grandes películas como El hombre de las mil caras que al final se marchaba a casa con dos merecidas victorias o Que dios nos perdone y Julieta las cuales se llevaban respectivamente una satisfactoria estatuilla. Y no podemos dejarnos esas olvidadas y desterradas categorías que se alzaron con la victoria como el destacable hecho de que en el apartado de animación, Alberto Vázquez se alzara con los reconocimientos tanto por su cortometraje Decorado como por Psiconautas, los niños olvidados y que como bien se ha dicho, merece todo el respeto y la mención posible junto al resto de triunfadores de la noche.
Pero si con algo me puedo quedar de esta gala ha sido en general la sorprendente brevedad de los discursos, parece que al final que te planten a una gigantesca orquesta que te mete prisilla cuando te pasas agradeciendo, acojona, y los galardonados se ajustaron, la mayoría porque siempre hay un espabilado de la vida, al tiempo que se les había dado. Por supuesto algunos discursos estaban justificados como el oír la encantadora y dulce voz de Silvia Pérez Cruz, la cual dedicó un fragmento del tema original (que os dejo más abajo de un usuario de twitter, que le echéis un vistazo porque es una maravilla) con el que conseguía el premio a todos aquellos desahuciados que protagonizaban la película para la que se creó Cerca de tu casa; así como la emocionada Anna del Castillo la cual subía completamente anonadada a recoger el premio de actriz revelación y pensaba que la cortaban antes de lo esperado. Como decía antes no fueron discursos recargados de gran contenido político ni reprimendas, tan solo sutiles gestos como el sorprendente dato que dejó caer Daniel Guzmán al decir que tan solo un 8% de los actores de este país pueden vivir de esta profesión.
El mejor momento de los #goya2017 @Sperezcruz cantando contra los desahucios. pic.twitter.com/f9iH567kUs
— Javi Sánchez Glez. (@javisanchezglez) 4 de febrero de 2017
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