Rodrigo Cota
El Rey y su soporte
La corona española se sustenta, como todos sabemos, en tres o cuatro frases. También se sustenta en la Constitución, creo, pero más bien de lo que venimos a hablar es del sustento verdadero, que es social, o popular, y eso a fecha de hoy no se lo da la Constitución: se lo dan las afirmaciones que cree alguna parte de la ciudadanía a modo de dogma y se repiten como una letanía, sin que nadie se preocupe demasiado en desmentirlas empezando por los republicanos, que algunos habrá.
"El Rey es nuestro mejor embajador". Es quizás la enunciación más repetida. En Botswana sí, por supuesto, pero tengo serias dudas de que ese mantra se pueda sostener a poco que se aplique la realidad. Al no estar sujeto a control parlamentario ni de ningún otro tipo, hasta donde podemos saber, los viajes del Rey son mayormente no oficiales, y por tanto, de placer. Y eso que sólo nos enteramos de ellos cuando se parte un hueso, lo que sucede bastante a menudo para bien de la transparencia informativa. Entre los años completos de 2010, 2011, 2012 y lo que va de 2013, Juan Carlos I ha hecho dieciséis viajes oficiales fuera del Estado, si no conté mal los referenciados en la web de la Casa Real. Y eso incluye los viajes a cumbres o foros a los que hay que ir sí o sí.
De esos viajes oficiales, seis o siete han sido a países del Golfo Pérsico, donde no digo yo que no tengamos intereses, pero no sé si tantos como para ocupar casi la mitad de la agenda real. Así las cosas, no parece que el desempeño de su labor como embajador lo convierta en mejor que cualquier embajador de verdad.
Otra de las frases es ésta, a fin de cuentas íntimamente ligada a la anterior: "El Rey es el mejor vendedor de la marca España". Sea lo que sea eso de la "marca España", supongo que tendrá alguna relación con la imagen o el prestigio que España tiene en el exterior. Pues no sé. Con el yerno implicado en una operación de estafa a gran escala, con el secretario de las infantas como tesorero del Instituto Nóos, con la Casa Real en la prensa de todo el mundo, con la princesa Corinna y sus memorias de África en la portada del Paris Match, igual el Rey no ayuda a que eso de la marca España esté en sus momentos más bajos, pero igual sí. No conozco a ninguna república democrática que haya mantenido a un embajador como éste nuestro durante más de quince minutos.
Las dos anteriores afirmaciones a su vez se sustentan solamente en sí mismas, sin soporte documental alguno. Son frases que se repiten sin que sepamos muy bien por qué, ni de dónde salen. Lógicamente no existe ningún informe sobre los resultados de la actividad exterior del Rey. Nos cuentan de sus andanzas por la nieve, por el mar o por la sabana, siempre vacacionando, pero nadie nos rinde cuentas de los resultados de sus gestiones y su incidencia real en la mejoría o empeoramiento de la imagen de España en el exterior. Es nuestro mejor embajador porque sí, como es nuestro mejor promotor también porque sí.
"El Rey paró el golpe del 23-F", sería la tercera afirmación. Puede ser. Y la prensa, como la SER, Diario 16 o El País, que no dejaron de sacar ediciones pidiendo unidad contra el golpe mientras nadie sabía nada del Rey; y todos los militares, la inmensa mayoría, que se posicionaron contra los golpistas; y muchos más, como los ciudadanos que salieron a la calle, que fueron unos cuantos. Digo yo que algo habrá tenido que ver el resto de la gente que se dedicó a parar el 23-F. A ver si todo el mérito va a ser de Juan Carlos.
Por otra parte, de las conversaciones intervenidas a los golpistas durante el golpe y después, no parece que el Rey fuera un grave problema para ellos. García Carrés, Tejero, Miláns, Emilio Romero y el resto de los compinches hablaban de casi todo menos del Rey, al que apenas mencionan muy de pasada y sólo para decir que ya le informarán de lo que haya. Les preocupaba más lo que decía la radio o la prensa. Está grabado.
"Yo no soy monárquico, soy juancarlista", esa es la cuarta afirmación. Normalmente viene acompañada del consabido: " porque el Rey es el mejor embajador que tenemos y el mejor promotor de la marca España, y paró el golpe del 23-F. Además, es muy campechano". Eso sí, campechano sí que es.
5.03.2013