Roberto C. Agís Balboa
Via Crucis en Sanxenxo
Hay muchas religiones en el mundo, existen varios dioses, unos creen y otros no, pero que no falte la fiesta ni las celebraciones, hasta para celebrar las penurias que sufrió Jesús de Nazaret de camino a la cruz, el famoso Via Crucis. Es cuestión de fe según dicen, para otros es una pasión, y seguro para algunos un calvario.
Esta semana, entre el domingo de ramos y el de resurrección, todo el mundo cristiano celebra la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es la época de las famosas procesiones que son seguidas por miles personas, donde se derraman lágrimas, se hacen ofrendas y hasta algunos hacen de mártires ficticios. Nunca la iglesia pensó llegar tan lejos hace 2000 años, y ahí sigue, al pie del cañón.
Para no perder seguidores no les queda otra que adaptarse para sobrevivir, aceptando en sus preceptos a veces lo que en otros tiempos significaría ir a la hoguera. ¡Ni el tribunal de la Inquisición ni sus Inquisidores, ni su abuso de poder o el mal uso del mismo, ni los casos de curas pedófilos, ni las riquezas que ostenta el Vaticano, cuantos herejes inocentes ardieron en la hoguera! Nada la ha detenido y nada parece afectarle. Bueno sí, la educación de la gente y tener acceso a la información hace que cada uno elija por sí mismo, y no obligado como se hacía antiguamente.
Estamos a poco más de un año de las siguientes elecciones municipales y en Sanxenxo como en Jerusalén los profetas en su tierra ya están haciendo planes y cavilando como llegar triunfales.
Algunos pensarán que un mesías político sanxenxino está por llegar para su reino conquistar. No me cabe duda que la pasión por el poder se escenificará a lo largo de los próximos 14 meses con más intensidad que nunca. Seguro que muchos no llegarán ni triunfarán, porque algún Herodes se anticipará y ordenará que caigan los inocentes para evitar problemas futuros. Aparecerá en escena algún Judas, porque haberlos hailos, y la traición de este no importa sea en la última cena o en una churrascada de cuchipanda, la traición se pagará cara.
Me pregunto quién jugará el papel del pobre Poncio Pilato, el que ordenaría la crucifixión de los justos en el berenjenal que nos ocupa.
Hay muchas películas sobre el cristianismo y Jesucristo, y por supuesto también muchas sobre políticos sobre todo que sacan a la luz los trapos sucios. Estos días veréis en la tele seguramente Espartaco, Ben-Hur, La pasión de Cristo, Rey de Reyes, y si vais al cine creo se ha estrenado María Magadalena, otro personaje que no tiene desperdicio y que a día de hoy no está claro si fue una fiel seguidora y apostola de Cristo, si fue su amante o una prostituta. Y nunca lo sabremos, quedará lo que interesa y punto.
En política, pasa de todo y también hay personajes para todos los gustos, lo curioso es que una vez dentro, muchos dejan de pensar por sí mismos, con un pensamiento libre e independiente, sino que usan lo que se llama disciplina de partido para todo. Craso error, pero así pasa. Algo parecido a dejarse alienar por ciertas religiones y así pasan las atrocidades que pasan. ¡Lo que sea por mantener el sillón (y el sueldo claro)!
Decía Thomas Macaulay “En política, como en religión, hay devotos que manifiestan su veneración por un santo desaparecido convirtiendo su tumba en un santuario del crimen.”
Yo me pregunto ¿La pasión por el bastón de mando en Sanxenxo llevará implícitas treinta monedas de plata, una corona de espinas, alguna cena, un Barrabás?
Al final no nos queda otra que mirar hacia el lado brillante de la vida como decía el tema principal de La vida de Brian, y esperar a ver qué pasa.