Luis López Rodríguez
C.V. (II)
El domingo me llamó Ana. Estaba preocupada y también un poco dolida. Acababa de leer mi artículo sobre el sistema educativo y no se lo podía creer, le parecía increíble que para una vez que me arrancaba a escribir sobre educación, me limitase a mostrar su parte más oscura y no hiciese ni una mención al trabajo de todos esos maestros que intentan cambiar y mejorar las cosas desde dentro, como si no supiera nada del tema o como si nada hubiese cambiado en los últimos veinte años. A medida que Ana hablaba yo sentía como la gradación de rubor en mis mejillas iba en aumento. La había cagado.
Cualquiera que conozca a Ana sabe que es imposible separar su vida de su trabajo, un trabajo en el que, de alguna manera, todos los que la tratamos acabamos implicándonos. Ana forma parte de esa red de nuevos maestros que apuestan por una educación diferente, alejada de la uniformidad y el aburrimiento que para muchos alumnos suponen los libros de texto o el tratamiento estrictamente curricular de las materias.
Es un movimiento en auge formado por docentes de todas partes que comparten ideas y materiales a través de internet y redes sociales. La idea es trabajar con materiales didácticos que resulten atractivos para los alumnos e implicarlos en un trabajo que los haga competentes antes que atiborrarlos con contenidos.
El proyecto Rede Espora (Escolas pola radio), en la que diferentes centros de toda Galicia participan compartiendo los programas realizados por sus alumnos, es un ejemplo de cómo funciona esta nueva corriente educativa. Ana, por supuesto, también está implicada. Sus alumnos han realizado diferentes programas en los que han tratado temas como la violencia machista, el feminismo, normas de convivencia o ecología, también realizan un programa semanal con la actualidad deportiva del centro y otro, que me gustaría destacar, dedicado a entrevistas por el que además del equipo directivo del centro, han pasado un alcalde, concejales o hasta un directora de cine con quien además grabaron un corto. Para llevar a cabo las entrevistas, los alumnos realizan primero un trabajo de documentación sobre el personaje del que extraen los datos que consideran más relevantes, luego cada uno elabora un listado de preguntas, a continuación se hace una puesta en común para seleccionar las que se consideran más interesantes y, por último, las ordenan por temas para estructurar la entrevista. El trabajo, además de ser muy completo, entusiasma a los niños.
Este es sólo un pequeño ejemplo de la labor que Ana lleva a cabo, como el taller de estimulación del lenguaje que imparte en todos los cursos o su último proyecto mediante el que pretende enseñar a sus alumnos a reseñar libros. Una labor que la mantiene activa durante todo el día buscando nuevos materiales y preparando actividades con las que seguir enganchando a sus alumnos porque sabe que para que trabajen bien lo mejor es mantenerlos ilusionados.
El único problema para Ana es encontrar tiempo para preparar las oposiciones, ya que, por mucho que trabaje o por mucho que la adoren sus niños, a la hora de optar a una plaza fija nada de esto se tendrá en cuenta.