Carlos Regojo Solla
Colón
Pasa cómo suele ocurrir en tiempo intermedio. El tedio se apodera de uno, comienza una nueva estación en la que la lluvia amorriña tu actividad en la calle y vuelves a los cuarteles de invierno esperando la tregua tácitamente pactada con la parte "enemiga" de tu vida con el fin de recuperar fuerzas, ralentizando tu consumo energético en una hibernación necesaria en la que descansa el espíritu y también el cuerpo.
En esta ocasión la suerte, esa circunstancia que sale siempre a nuestro encuentro como providencial salvavidas, me trae una invitación de don Pedro Lorenzo y Macías que dirige amablemente mi atención hacia un envidiable trabajo enfocado en la figura de un misterio como es el disputado origen de un hombre que cada vez se va pareciendo más a una leyenda a no ser que se le vayan cortando las salidas a esa huida inexorable con el trabajo investigador de trabajadores del tiempo acontecido, que tanto viajan hacia atrás como lo hacen hacia delante sin que esto sea un contrasentido, a los que conocemos como historiadores, gentes que tratan, como en este caso, de hombre a hombre, la persecución, el acoso y derribo en la investigación de un nacimiento atribuido y solicitado por mil naciones para orgullo propio.
Con mil cautelas, el autor de "El hebreo que descubrió América" y equipo, en su conferencia del pasado mes de julio, única referencia en la que baso este comentario , conduce la sinopsis de su libro hacia un posible esclarecimiento del origen de Colón que todos desearíamos, y lo hace de forma reflexiva, prudente y abierta lo cual me hace envidiar más la labor paciente de su investigación volcada en datos que ramifican hasta la implosión la historia personal de un navegante genial que todos queremos nuestro, incluso si para ello debemos poner en duda la eficacia política puntual del mecenazgo de Isabel a espaldas de Fernando con respecto a Colón y la política más general de ambos en la desastrosa decisión de la expulsión judía, cuando la doctrina de Averroes, tal vez malformada intencionadamente, asoma el peligro "libertino" al cristianismo base del pensamiento de unidad de los Reyes Católicos y que culmina con la mayor de las hipocresías al precisar con fecha, hora y minuto el condicionado y soberbio prescindir de quien ha hecho la casa que estás ocupando, acoges en la noche y ocultas de día a sabiendas que te ha hecho un juramento que sabes falso.
Busquemos pues esa Madrasa entre las piedras generosas de nuestra ciudad y preguntemos luego a los maestros.
De un xeito informal, d.Pedro, permíteme una licencia. Recuerdo una de las razones que exponía un gran profe de Matemáticas que tuve y que adornaba magníficamente sus clases con detalles como el que cito refiriéndose al origen gallego de Colón. Se dice que cuando Rodrigo de Triana, luego de arduas jornadas de navegación, desde la cofa de la nao capitana gritó "tierra a la vista", el gallego al mando, nuestro hebreo, oteando el rumbo indicado, dijo:
- E máis si.
Sin duda aplicaremos más tarde o temprano esta respuesta a la investigación internacional cuando tengan que reconocer lo que personas como tú les van mostrando desde la vieja gamela de aquel bizco "pasador" y entrañable persona que fue Pla capaz de aventurarse en cruzar el estrecho sin temor en días de marejada seria.
Saludos, Pedro
Carlos Regojo Solla