Milagros Domínguez García
El atractivo de las mujeres está en su cerebro. ¿Quién es Yann Moix?
El hecho de que alguien se pronuncie sobre sus gustos en cuanto a que tipo de persona le resulta atractiva, es algo que me parece irrisorio y desde luego carente de interés alguno. Esta semana, durante una entrevista al escritor francés Yann Moix, él, habla sobre sus preferencias e intereses con respecto a las mujeres y se arma la "marimorena".
" Las mujeres a partir de los 50 no le resultamos atractivas a Yann Moix"
Vaya por delante que soy mujer y tengo 50 años, estos dos hechos ya me hacen estar fuera del "interés" de este caballero, cuestión esta, que no hace que me sienta ni feliz ni triste, ni me da frío, ni me da calor, me resulta en realidad una cuestión banal y frívola.
Pero lo que si no me ha dejado indiferente es la repercusión que han tenido estas declaraciones.
Reacciones variadas se han desatado; personas que se han sentido ofendidas, personas que han mostrado incluso imágenes de su cuerpo para demostrar a este señor que hay mujeres de 50 años increíbles, y otras que han subido imágenes de actrices intentando tambien demostrar que tienen unos cuerpos mágnificos (a pesar de su edad). También hubo quien respondió aludiendo al físico de este Sr, precisamente lo mismo que les había ofendido, lo usaban en un intento de "defensa".
Vaya también aquí por delante que respeto profundamente a quienes han respondido, pero me preocupa que haya mujeres que tengan que mostrar su anatomía para "demostrar" a un Sr que está equivocado cuando dice que las mujeres de 50 no poseemos buen cuerpo, o que a él, esos cuerpos no le resultan atractivos.
Yo tengo un cuerpo ( además respiro; ¡qué mayor motivo de alegría podria existir para mí!), el hecho de que esté lejos de los cánones de la perfección es totalmente secundario.
El que haya mujeres que muestren sus cuerpos y los de otras para hacer constar parte de su valía, me induce a pensar que no hemos avanzado y que desde luego queda mucho camino para el empoderamiento femenino. Y desde luego no creo que necesitemos de la aprobación de nadie para sentirnos bien.
Que este Sr, diga que le gustan las mujeres de 25 años y preferiblemente asiáticas, me hace pensar que respondía a una pregunta de la entrevista que le hacían. A saber cuál fue la pregunta, y desde luego seria interesante hablar de la línea editorial de la publicación, ya que además está "dirigida" al público femenino.
Todos tenemos preferencias en cuanto a nuestras parejas, y si a mí me preguntasen sobre ellos, no debería ser motivo de malestar para aquellos que quedasen "descartados".
En definitiva, creo que no tenemos que demostrar nada a nadie, salvo a nosotras mismas. Creo también que los 50 años deberían hacernos trascender y apartarnos de preocupaciones sobre cánones de belleza, porque si existe algo en las mujeres a lo que no afecta la gravedad es al cerebro. Lo tenemos a la altura apropiada, con la tersura idónea, sin una sola arruga ni estría, y su peso desde luego, es el adecuado. Deberíamos ser lo que pensamos, y sería importante que reflexionasemos en cuanto a quien nos puede ofender, porque a veces nosotras somos nuestro peor enemigo.
En tiempos donde las mujeres nos revelamos ante la presión social que ejercen los cánones de belleza que vienen impuestos a través de medios de comunicación, publicidad, modas y la misma sociedad; donde campañas feministas intentan concienciarnos para superar esas imposiciones, donde existen problemas serios y reales de enfermedades como la bulimia o la anorexia, no podemos permitirnos caer en cuestiones de tan poca talla, dar cobertura y promocionar a un Sr que hasta ahora no sabíamos ni siquiera de su existencia, y lo que es aún peor, sentirnos afectadas porque alguien dice que no le gustamos.
Estar más delgada, más morena, ser mas alta, y meter nuestro cuerpo dentro de prendas a la moda no nos hace más aptas, ni da seguridad... En realidad el mensaje que enviamos es la antítesis de lo que queremos dejar atrás. En el intento de conseguir pasar la "censura" nos doblegamos a los intereses de otros, nos frustramos si no conseguimos lograrlo, y al final, nuestra vida es lo que sucede mientras queremos ser, y olvidamos lo importante, lo que SOMOS, precisamente lo que menos cultivamos.