Jacobo Mesías
¿Me presta su DNI? Lo siento, solo tengo una fotocopia
La pasada semana, la prensa nos sorprendía con una noticia sobre una estafa un tanto peculiar. Un sanxenxino logró hacerse con un duplicado de una tarjeta de crédito ajena, simplemente ingeniándoselas para obtener una fotocopia del DNI de su víctima, con la que engañó al personal de la sucursal bancaria. Esta artimaña le supuso al perjudicado más de 3.000 euros de perjuicio, que fueron retirados en efectivo desde cajeros automáticos.
Pese a lo llamativo del suceso, hay que decir que no es un caso aislado. Hace solo unos meses, una ourensana logró retirar 1.000 euros por ventanilla en una sucursal bancaria, utilizando una fotocopia de DNI que encontró en una cartera extraviada. En diciembre, una alcoyana pidió un préstamo online con idéntica praxis: utilizando una simple fotocopia. Yo mismo abrí una cuenta bancaria desde mi casa, y me identifiqué con una imagen de mi DNI. Nadie me requirió para que me personase en la entidad y poder verificar que realmente era yo quien estaba detrás de la pantalla.
Lo cierto es que resulta sorprendente la de cosas que se pueden llegar a hacer con una simple fotocopia de DNI y un poco de ingenio delictivo. Por ejemplo, si un pequeño comercio que ofrece financiaciones de sus ventas, transige en no exigir el documento original, puede dar lugar a que una persona compre algo a nombre de otra. Puede que suene demasiado sencillo, pero realmente puede llegar a serlo. Obviamente, las financieras exigen a los comercios que cotejen los datos con un documento original, pero si coinciden en la operación un individuo con voluntad de engañar, y un vendedor permisivo (o confiado) que hace la vista gorda y admite una fotocopia sin más, el problema está servido.
Algo parecido sucede al vender un coche. La propia administración no exige que el vendedor presente el documento original. De hecho no requiere ni su presencia física, siempre que los documentos que el comprador aporta tengan "su firma" (nadie la comprueba).
Pese a que la mayoría de estas estafas surgen por la simple y llana voluntad de algún malhechor, no se debe perder de vista que habitualmente concurren errores en el sistema que le facilitan su objetivo. Por ello, conviene extremar las precauciones a la hora de facilitar una fotocopia del DNI a cualquier persona o registro. Una forma de curarse en salud puede ser difuminar algún elemento prescindible, como puede ser la foto, o la firma. Otra forma, quizá la más interesante, pasa por introducir un texto que sobrescriba el DNI especificando el uso exclusivo al que se destina el documento. Y por último, pero no menos importante, huelga decir que cuantas menos fotocopias estén "en circulación" mejor, así que si no es imprescindible, mejor no dársela a nadie.
Como dice el refrán, aunque esté echado el cerrojo, duerme con un solo ojo.