Manuel Pérez Lourido
Matrix en los juzgados
Me había jurado a mí mismo que no volvería a escribir sobre este tema, pero ya se sabe que lo que uno se jura a sí mismo es papel mojado. Y además, no puedo soportar una pregunta que martillea mi cerebro:¿Hubo procés o no? Según la mayoría de los acusados, todo fue un malentendido. Tan solo se trataba de unas actividades políticas que el Estado central (desconfiado por naturaleza, avieso, retorcido, ladino, felón...) interpretó como delictivas. Los Estados, sobre todo los centrales, son mucho de imaginarse que las autonomías, haciendo honor a su nombre, quieren andar a su bola. Tanto que algunas intentan llevarse la bola a otra pantalla. Autodeterminación le llaman a eso. Se trata de una pantalla diferente donde el juego es el mismo pero en la bola solo manda el gobierno autónomo, que entonces sería el gobierno de un país distinto. Como Galicia, sitio distinto, pero con más amor propio, asertividad y todas esas cosas que aún nos faltan y cuya carencia no logra paliar un anuncio de Gadis tras otro.
O sea, que mientras el gobierno de la nación se alarmaba (gratuitamente: dicen los del procés que aquello no era el procés), allá arriba lo que había era una especie de partida de Matrix que, eso sí, era seguida a pies y juntillas por media población catalana, absolutamente hartita de que España les robase. Aún recuerdo los rostros incrédulos de los crédulos que se agitaron con la proclamación de la república unos segundos antes de que se les comunicase la suspensión de esta. Toda aquella gente que se quedó con la sonrisa congelada en tiempo real (e irreal) junto con sus sueños e ilusiones.
En cuanto a la charlotada, o sea el referendum, qué decir... sin un triste censo siquiera... por lo menos la torpeza de las fuerzas del orden (o sea, de sus jefes) les dio a la gente de Matrix una excusa magnífica para la victimización (aún más). Ahora, además de robados, apaleados.
Los señores de la cosa antes llamada procés, ahora sostienen que prefirieron obedecer al mandato popular antes que a la Constitución (con "el mandato" aluden a la charlotada). No piensan en la mitad de los catalanes que nunca quisieron independencia ni menos aún jugar a Matrix. No hace falta contar con ellos. Ya estos iluminados saben cuándo y cómo tienen que hacerse las cosas. Otro asunto es si los opresores no interpretan bien las señales, los meten en la cárcel y los juzgan. Eso solo es una prueba más del sojuzgamiento al que se somete al pueblo catalán (a una mitad del pueblo catalán). Vayámonos preparando para los alaridos cuando los condenen.
PD: Juro por Ravachol que es la última vez que escribo sobre este asunto. O la penúltima.