Tribuna Viva
Dixeron Nunca máis
El pasado 21 de mayo, se celebraba el Día Europeo de la Red Natura 2000, y ningún medio de comunicación, partido político o colectivo ecologista lo celebró. Los dos primeros por falta de interés, y los últimos porque entienden perfectamente que no hay nada que celebrar.
Según el informe de WWF del estado de la Red Natura en España (Informe "Naturómetro", 2016), Galicia presenta la peor planificación de todo el Estado español. En palabras de la propia WWF: "ni siquiera se le puede llamar plan de gestión". Las zonas Red Natura en Galicia presentan actuaciones potencialmente de gran impacto, como son explotaciones de acuicultura, instalaciones no industriales de producción de energía, monocultivos forestales, dragados (en contra de la Directiva Marco del Agua), aumento de la edificabilidad, encauzamientos, desmontes y actividades extractivas como la minería.
Desde la larga sombra de ENCE en la ría de Pontevedra y todo el territorio gallego a la expansión de especies invasoras (sí, el eucalipto también); desde los incendios que esquilman el bosque autóctono a las agresiones urbanísticas; desde la tala masiva de frondosas centenarias en territorios como Ourense a la construcción de la A-57 por el río Lérez y Almofrei; desde la masificación de las Cíes a la degradación de Canón do Sil con tirolinas de especulación turística; desde la destrucción de hábitats en Estaca de Bares a las carreras multitudinarias en O Courel; desde la masificación del turismo ejemplificada en la Praia das Catedrais a las aberraciones en el propio Camino de Santiago; desde la mala depuración de las aguas (que nos ha traído sanciones millonarias) a la pérdida de biodiversidad; desde el elevado consumo de productos fitosanitarios y fertilizantes a los vertidos y contaminación por residuos nucleares en la fosa atlántica y mar cantábrico. Galicia no debería estar orgullosa ni alegre. En todo caso, debería bajar la cabeza de vergüenza y entonar un humilde mea culpa.
No se trata únicamente de la aplicación de las normativas ambientales, puesto que el máximo documento que regula estas zonas de especial valor ecológico, el Plan Director de la Red Natura 2000 de Galicia, falla a la hora de identificar las amenazas y los objetivos de conservación, al ser aplicado y, obviamente, en la conservación de las especies y hábitats. Este documento, además de resultar confuso, es generalista y no proporciona herramientas eficaces de conservación del territorio de especial interés (zonas ZEC y ZEPA), no identifica amenazas, elementos clave de conservación, objetivos y medidas concretas y necesarias.
En estos días de campaña electoral, muchas son las promesas y compromisos que se mencionan como solución a las problemáticas de la actualidad. Y a pesar del peligro anunciado desde hace años por la comunidad científica, las medidas propuestas por los partidos políticos y las actuaciones posteriores para la conservación del medio ambiente y contra el cambio climático, son escasas, insuficientes y de una temeridad e inconsciencia alarmantes.
Ya fuera por desidia, ignorancia o por intereses contrapuestos, la destrucción del medio ambiente debería tener consecuencias inmediatas para cualquiera que ostente un cargo público.
Dixeron Nunca máis, mais logo foron moitas outras.
Autor: Ángel Lezcano Orús